Tras la aberrante sospecha que recae sobre un enfermero de la sala de Neurocirugía del Hospital Cullen, el titular del nosocomio, Juan Pablo Poletti, confirmó al móvil de LT10 que el lunes a primera hora de la mañana la paciente hizo la denuncia ante el superior del acusado.
Con el aval de la Dirección, la mujer la ratificó por escrito en el efector. Poco después, supieron que la hija de la víctima había hecho lo propio en sede judicial.
Detención y presumario
“Ayer a las 14, cuando (el enfermero) tenía que entrar a cumplir su horario, vino gente de la fuerza policial, cuatro personas, y lo detuvieron antes de que entrara a trabajar. La policía lo vino a buscar acá porque no lo había encontrado en su domicilio. Se lo llevaron a la Comisaría de la Mujer”, relató Poletti.
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Mientras tanto, ya con la denuncia por escrito, en el hospital se inició “una actuación presumarial administrativa para determinar las responsabilidades de lo sucedido”. Así, se trasladaron “las actuaciones a Asesoría Legal. El abogado inicia las acciones correspondientes a una denuncia gravísima como esta, para determinar si (el demandado) tiene antecedentes”.
“Buscamos su legajo, vemos si tiene actuaciones administrativas de sanciones por hechos como este y transitoriamente tenemos la potestad de cambiarlo de sala (donde haya solamente hombres) o separarlo mientras dura el proceso administrativo. La idea es no vulnerar ningún derecho del trabajador porque aún no hay nada comprobado”, explicó.
La denuncia
“La paciente se había operado el miércoles, estaba en quinto día de posoperatorio cuando sucede el hecho. Ayer a la tarde se le dio el alta médica”, ratificó el director del Cullen.
También comentó que esta mañana se comunicó con ella para solidarizarse y garantizarle: “Vamos a ir con la investigación administrativa, que es la que le corresponde al hospital, hasta las últimas consecuencias”.
Además, Poletti manifestó su confianza en la credibilidad de la denunciante, sobre la base de lo que le transmitió el jefe de enfermeros de Neurocirugía: “es una paciente que se encontraba en el baño, parada por sus propios medios y no parecía estar bajo los efectos de un psicotrópico”, indicó.
En el mismo sentido, y siempre apoyándose en la versión de aquél, reforzó: “el relato es coherente con la actividad que se realiza en una sala. Es una paciente que va al baño, que requiere la ayuda de un enfermero porque le dolía mucho algún movimiento y requería alguna ayuda para terminar de vestirse o algo así. En un posoperatorio es algo totalmente normal en un hospital”.