Para Elke Karsten, como para todo el handball argentino, la 14º edición del Panamericano Adulto Femenino no será uno más. Argentina volverá a ser sede del máximo certamen continental después de dieciocho años, una Selección que llega en uno de sus mejores momentos deportivos de la historia tras participar por primera vez en unos Juegos Olímpicos y un recambio generacional que ilusiona a futuro; son algunos de los condimentos que tendrá el torneo para ser rotulado como único. En la cabeza de Elke, tendrá otro plus, porque significará su regreso a las canchas luego de su segunda operación de ligamentos cruzados, lesión que la hizo dudar sobre su continuidad en el deporte de alto rendimiento.
“Después de la segunda lesión estuve a punto de dejar el handball. Ahora me quiero regalar un buen torneo, disfrutarlo y aportarle al máximo al equipo. Me lo tomo como algo personal, lo vivo como una revancha, sería muy importante para mi después de estar dos o tres años a las cachetadas volver y conseguir realmente una estabilidad”, anhela Elke que en el Mundial Junior 2014 sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y dos años mas tarde, esta vez jugando para el Málaga español, debió lidiar con una lesión similar en la rodilla izquierda.
En ambos casos debió ir al quirófano y afrontar una larga recuperación; pero para la jugadora de 22 años eso ya es historia y solo piensa en Buenos Aires 2017: “Me siento muy bien, tuve una rehabilitación relativamente rápida, solo estoy cumpliendo los tiempos recomendados. La semana pasada jugué varios minutos en el amistoso contra Lanús, me sentí cómoda, tal vez un poco fuera de ritmo pero lo importante es que la rodilla respondió. El post operatorio fue bueno así que en estos momentos estoy feliz de volver a jugar, es un premio y que mejor de hacerlo ante tu gente”.
Esta no será la primera experiencia de jugar en casa para Elke, pero la imagina totalmente distinta a lo que fue el Panamericano Junior 2014, también realizado en Buenos Aires. “Es cierto que el ambiente de ese torneo fue impactante, que todos nuestros partidos se jugaron a cancha llena y que en el último partido contra Brasil hubo gente que se quedó afuera. Seguro algo de eso se repita, pero este será distinto desde lo deportivo, porque venimos demostrando que con Brasil estamos ahí y este puede ser un buen momento para marcar un antes y un después”, justifica Karsten que sueña con jugar una final ante las brasileras a estadio repleto. “Ellas entraron en un período de recambio igual que nosotras, les va a jugar en contra que recién ahora van a tener un técnico para el Panamericano. La idea es llegar a los minutos finales gol a gol, que el público tire y ganar”.
Argentina, que integra el Grupo B con Guatemala, República Dominicana, Chile y Uruguay, debutará el próximo domingo 18 de junio, a las 12hs, ante el conjunto guatemalteco, buscando cumplir varios objetivos a medida que avance el torneo. “Hay que estar en el Mundial de Alemania si o si, eso es lo fundamental, pero también no podemos permitirnos estar ausentes en la final de nuestro torneo. Que se le ponga la palabra fracaso o cualquier otra, pero no ganar la zona, o perder una semifinal con Estados Unidos o Puerto Rico lo veo como un palo. No podemos dejar que un equipo al cuál estamos un escalón más arriba venga y nos gane en casa. Tenemos que aprovechar el fixture que nos ayuda para sumar competencia, llegar a semifinales y ojalá a la final de la mejor forma”.
Para la central surgida en Quilmes, que desde sus primeras apariciones en la mayor es comparada con Diego Simonet, el hecho de jugar de local no es una presión. “El grupo la tiene un poco porque somos locales, pero creo que tenemos que disfrutarlo, no todas tenemos la posibilidad de tener a la familia en las tribunas cuando vamos a jugar a otros lugares, entonces es disfrutar, y así creo que las cosas salen. Yo no lo vivo de esa forma, tampoco las comparaciones que me han hecho durante estos años, nunca me influyó y siempre me mantuve igual. Para mi es lo mismo, no me importa lo que me digan afuera, uno sabe que si juegas bien te tiran flores y si jugas mal te matan. Una vez adentro de la cancha para mi se termina todo”.
Pese a sus 22 años, Karsten jugará su octavo torneo oficial con La Garra tras su primera aparición en el Panamericano de República Dominicana 2013. Esa experiencia en el equipo conducido por Eduardo Peruchena, le permite vislumbrar un crecimiento del handball femenino que espera se confirme en Ballester. “Algo cambio durante estos últimos años, todas las chicas nuevas que se suman a entrenar están aportando algo. Se nota un buen trabajo que viene muy desde abajo. Todo esto está repercutiendo en la cantidad de jugadoras que vamos a jugar en el exterior a partir del próximo año. Solo nos queda demostrarlo y esta será una buena prueba”.