En el mejor Super Bowl de la historia, los New England Patriots, equipo por el cual simpatiza el presidente norteamericano Donald Trump, se quedó su quinto título en la historia al vencer en un dramático partido a Atlanta Falcons por 34 a 28 en suplementario, tras igualar en los 60 minutos reglamentarios en 28, con lo que obtuvo la 51ra. edición de la final de la Liga estadounidense de fútbol americano, conocida mundialmente como el Super Bowl, en la primera oportunidad en la que el campeonato se definió en tiempo extra.
El partido se jugó en el NRG Stadium de Houston, inaugurado en 2002 y con campo de juego con césped natural, ante 70.807 espectadores, y la victoria le otorgó además a los Patriots el trofeo Vince Lombardi. Los Patriots habían sido campeones de la Conferencia Americana tras vencer a Pittsburgh Steelers 36 a 17, lo que les permitió llegar al séptimo Super Bowl en los últimos 15 años.
Para Atlanta Falcons fue su segunda final perdida tras caer también en la de 1999, y había llegado a esta instancia tras obtener la Conferencia Nacional al doblegar a Green Bay Packers 44 a 21. Tras un primer cuarto parejo, que terminó sin tantos, en el segundo parcial Atlanta Falcons sacó una buena diferencia para irse al final de la etapa inicial con un cómodo marcador de 21 a 3; el tercer chico fue más parejo pero aún con ligero domino del perdedor, para llegar al último con una arremetida espectacular de New England Patriots que le permitió ganarlo 19 a 0 y concluir empatado el cotejo en 28 puntos.
En el suplementario, los Patriots hicieron pesar su experiencia y fueron los primeros en anotar para poner fin al partido y al certamen, porque la definición era por muerte súbita para quedarse otra vez con el título.
La noche había comenzado con la entonación del himno estadounidense por parte del cantante country Luke Bryan; y el espectáculo de entretiempo, a cargo en la cantante Lady Gaga y que demandó un gasto de 10 millones de dólares a los organizadores y sumó brillantez al espectáculo.
La presencia de Lady Gaga era esperada también con mucha expectativa, debido a que la cantante había hecho campaña por Hillary Clinton en la últimas elecciones estadounidenses y está en contra de Trump.
De todos modos, la artista no aprovechó su actuación para desafiar al Presidente, en un momento en el que los reclamos y acusaciones están a la orden del día en contra del primer mandatario americano.
Trump, simpatizante de los Patriots, no asistió al encuentro en Texas y envió a su vicepresidente Mike Pence. También estuvo en el partido el entrenador argentino Gerardo Martino, entrenador de Atlanta United, cuya franquicia es la misma que la de Atlanta Falcons. Además lo hizo el ex presidente George W. Bush, quien se acercó hasta el campo de juego en silla de ruedas, acompañado por su esposa, Laura Welch Bush, y fue saludado por los jugadores previo al comienzo del match.