Muchas personas lo tienen incorporado y lo hacen prácticamente sin darse cuenta, como un reflejo o una "necesidad". A otros les causa impresión y no sólo no lo hacen si no que hasta les disgusta escuchar el sonido que hacen los dedos de otros al crujir. La duda, sin embargo, es qué es lo que provoca ese particular ruido, y si hace mal o no a las articulaciones.
Científicos del Centro de Medicina de la Universidad de California en Davis (Estados Unidos) se propusieron el objetivo de descubrir cómo influye esta costumbre en las manos.
En términos generales, una articulación es el lugar donde se unen dos huesos, rodeado por una cápsula articular llena de líquido. Cuando nos sonamos los dedos, estamos ampliando el espacio entre los huesos. El líquido articular se vuelve insuficiente para llenar el vacío. Por lo tanto, la presión en el interior disminuye y se forma una burbuja llena de gas. Cuando se revienta, escuchamos el sonido característico.
El primer estudio científico sobre la materia, de 1947, ya había sugerido que el sonido venía de la formación de cavidades de gas. Sin embargo, un estudio posterior, de 1971, rechazó esa teoría y argumentó que lo que originaba ese sonido eran pequeñas burbujas que estallaban dentro de las manos. La resonancia magnética acaba de aportar la última palabra al respecto.
El radiólogo Robert D. Boutin y el cirujano Robert Szabo analizaron los datos recibidos tras observar a 40 personas, 30 de las cuales tenían la costumbre de sonarse los dedos. Otras 10 nunca lo hacían, al menos, no de forma consciente.
Resulta que justo después de sonarse los dedos, en las articulaciones aumenta la amplitud de su movimiento, y sucede una especie de calentamiento. Tal vez sea una buena prevención de la artritis, sin embargo, esta cuestión aún se debe investigar más a fondo, pese a que los que lo hacen no padecen de ella, así como tampoco de hinchazón ni otras enfermedades articulares.
A pesar de las ventajas de este hábito, hay que tomar en cuenta que puede ser una señal de neurosis. Y que simplemente hacerlo a menudo puede irritar a los demás.