Interés General - Relato de una exnovicia

Martes 06 de Septiembre de 2016 - 19:21 hs

“Las monjas abusan de su poder y provocan un temor reverencial”

Sandra Migliore es ex novicia. Denunció ser víctima de maltrato cuando cursaba su noviciado en la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la ciudad de San Lorenzo, durante la década del '80. Escribió el libro “Raza de víboras”, contando su historia.

La ex novicia Sandra Migliore, relató por LT10 las experiencias que padeció como novicia cuando con 16 años ingresó a la Orden de las Hermanas Franciscanas que tenían un centro de formación en San Lorenzo, al sur de nuestra provincia.

Si bien la Orden no es de clausura como las Carmelitas Descalzas, Sandra manifestó que la denuncia al Convento de Nogoyá la hicieron recordar sus vivencias en relación a prácticas de tortura.

“Mis compañeras y yo sufrimos acoso y abusos sexuales por parte de la maestra de novicias, como cuento en mi libro. Una maestra de novicias es la responsable, que pusieron los superiores, para que formen a las chicas que entran a un convento porque quieren ser novicias”, explicó.

A los pocos meses de ingresar tuvo el primer incidente con esta monja: “yo estaba trabajando en un sótano que está al lado de la cocina y era donde se guardaban las verduras y ella se me insinuó con manoseos y con frases. Como yo tengo un carácter bastante fuerte, en ese momento logré quitármela de encima y le dije que lo iba a contar”, recordó Sandra.

Esa fue la única vez que la acosó a ella pero no sucedió lo mismo con sus compañeras: “Las torturó durante mucho tiempo, en silencio y con amenazas. Nos decía que nos teníamos que callar porque nadie nos iba a creer, que le iban a creer a ella porque era la autoridad”, precisó y agregó: “Ella abusaba de su poder y nosotros le teníamos un temor reverencial”.

En el mismo tono, Sandra señaló que en el momento no sabían realmente cuáles eran las experiencias de las otras compañeras y fue con los años que las situaciones comenzaron a develarse.

“Empezamos a contarnos cosas, y ellas mismas me pidieron que destape la olla exponiendo todo. Comenzamos a hacer declaraciones delante de eclesiásticos para poder denunciar los abusos de los que habíamos sido víctimas y logramos que las cosas salgan a la luz recién del 2010 en adelante”.

Además, indicó que “no se tomó ninguna medida, yo perdí mi trabajo. Vino la hermana general de Roma a hablar con todas las abusadas y nos dijo que no nos convenía hablar. A mi me dijo que no escriba el libro y que me vaya a mi pueblo a descansar. Que haga silencio”.

Finalmente, dijo que las denuncias fueron enviadas a Roma, y no volvieron al remitente pero tampoco respondieron. “La persona que denuncié se fue del Convento pero está en otra congregación donde cuidan ancianos. Alguien la habilitó para que esté ahí, la reubicaron y estoy un poco asqueada porque veo un abanico de irregularidades y perversiones que no me asombra nada”.

En ese sentido, remarcó: “Yo vi las marcas de un cilicio, tuve compañeras que lo usaban. Son las mismas monjas las que lo fabrican y lo venden a otras congregaciones. Siguen con la misma filosofía de vida, es una conducta inductiva la que te inculcan”.

Audio: Sandra Migliore

Fuente: LT10