Interés General - Clima

Jueves 25 de Agosto de 2016 - 15:02 hs

¿Se viene la tormenta de Santa Rosa?

Jueves y viernes primaverales; finde con lluvia y frío

Hoy, jueves: último día soleado

Sol y viento norte fue la dupla de ataque de una semana completamente travestida de primavera, dejándonos una seguidilla de varios días con buen tiempo, ambiente muy agradable y estufa apagada.

Para hoy se espera otra tarde poco invernal con una temperatura punta estimada oficialmente en 25°C con escasa nubosidad y baja humedad.

Viernes: cuando calienta el sol, no culpes a la lluvia

Mañana se espera que el termómetro vuelva a batir su marca semanal con una previsión de 26°C por la tarde. Todo quedará condicionado al horario en que comience a desmejorar. Se espera un arranque con cielo bastante limpio y el arribo en patota de los cúmulos para el mediodía. Hasta el momento los eventos comienzan pasada la frontera de la medianoche, pero desde el final de la tarde podríamos tener a Santa Rosa a la vuelta de la esquina.

Sábado: ¡santas tormentas, Batman!

El inicio del fin de semana coincide con la llegada de un frente frío en rumbo de colisión con nuestra templada columna atmosférica. Las masas que impactan son tan disímiles en temperatura que se pueden esperar tormentas intermitentes por la mañana con mejoras vespertinas. El comienzo de los eventos, en la madrugada del sábado, puede ser activo pero no se espera severidad meteorológica. A su edad, Santa Rosa tampoco está para tsunamis.

Atención aquellos que sean vulnerables a los bruscos cambios de temperatura: el termómetro se desploma casi diez grados con respecto al viernes. El sábado trae mejoras temporarias, con varios pasajes sin lluvia. La noche se espera fría y ventosa. Si vas a bailar, llevate plata para el guardarropa.

Domingo: Rosa de lejos

El fin de semana puede cerrar sin lluvias, la mañana dominical se muestra inestable y el sol volvería a la tarde para intentar remontar un frío domingo con no más de 15°C. El lunes es el último día fresco y ya desenchufamos el caloventor para el martes.

Santa Rosa en el banquillo

La creencia que cada 30 de Agosto llueve no tiene sustento alguno. Más allá de la ferviente defensa que pueda hacer alguna tía o vecina, la naturaleza jamás puede ensañarse con alguna hoja específica del calendario. A pesar de eso, el SMN se tomó el trabajo de cotejar el comportamiento atmosférico de esa fecha durante más de un siglo: solo llovió siete veces. Santa Rosa es solo un mito divertido en una región donde las tormentas no tienen nombre. Y queda asociada al santoral como todo evento centenario.

La difícil transición

Lo que sucede por estos días es el desfasaje en la configuración sinóptica del Río de la Plata con la actividad antártica. El centro y norte del país, especialmente el costado atlántico, se comportan como si fuese primavera y empiezan a ningunear a Agosto con temperaturas mucho más altas, mientras en el polo sur los frentes siguen activos como si fuera pleno invierno.

Es entonces por estos días donde estamos más receptivos a alguna lluvia fuerte, es cuando nuestro termómetro empieza a jugar a la primavera pero recibe cada tanto, un cachetazo polar recordándole que el invierno todavía tiene su mandato vigente.

Soy leyenda

Santa Rosa de Lima es patrona de las Américas, de nuestra fuerza aérea y varias ciudades fueron etiquetadas en su honor.

Cuenta la historia que en 1615 piratas holandeses intentaron tomar por asalto "la ciudad de los reyes, hoy Lima. Las fuerzas invasoras habían tomado exitosamente el puerto de El Callao a pocos kilómetros y se aprestaban al ataque final.

Los lugareños, al mando de una monja llamada Rosa (nacida Isabel Flores de Oliva, en 1586) realizaron cadenas de oración rogando protección celestial. Súbitamente empezó a desmejorar y cuenta la mitología que a las pocas horas se desató un vendaval que impidió el desembarco.

Los piratas se fueron, Rosa murió al año siguiente y luego se transformó en la primera mujer de nuestro continente en ser homologada como santa. Cuentan que su entierro fue multitudinario y que el asiduo paso de los devotos por su tumba terminó colapsando el cementerio y obligó a las autoridades de Lima a llevar sus restos a la Iglesia del Rosario, donde hoy descansan.

Fuente: La Nación