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 El fiscal Gonzalo Fernández Bussy formalizó el pedido para que 17 personas sean juzgadas por sus distintos roles en la llamada Banda de Los Monos. La decisión alude mayormente a policías provinciales y otros miembros de fuerzas de seguridad que, de acuerdo a los términos de la investigación inicial, utilizaron su condición policial con la finalidad de favorecer los negocios criminales de la banda, de modo de procurarles impunidad. No ingresan en este tramo los acusados de ser los principales miembros de la organización que están con procesamiento confirmado. Entre ellos por ejemplo Ariel Máximo "Guille" Cantero y miembros de su familia, que quedarán para otra etapa del juicio.

Todos los acusados por el fiscal irán a un juicio que puede sustanciarse por escrito, salvo otra decisión requerida por las defensas, en el juzgado de Sentencia Nº 6, a cargo de Julio César García. La mayoría de ellos están procesados por su pertenencia a un asociación ilícita aunque por la particularidad de los comportamientos ilegales que se les atribuye se les adicionan, en cada caso, otros delitos.

La decisión de Fernández Bussy implica una nueva convalidación a la investigación sustanciada por el juez de Instrucción Juan Carlos Vienna. La figura de Vienna ha sido cuestionada y su conducta personal es motivo de análisis en una investigación impulsada por el Procurador de la Corte Suprema y en una fiscalía del Ministerio Público de la Acusación. Pero eso no ha conmovido el estado del trámite ni tampoco la solvencia que, para quienes intervienen en él, acreditan las pruebas contra los 38 procesados en este expediente. Antes había confirmado los procesamientos el camarista Rubén Darío Jukic.

Los conocidos. Por su conocimiento público, entre los más destacados de los que van a juicio en esta primera tanda se cuentan el comisario Sergio Blanche, acusado de proveer armas a la banda, quien admitió haber registrado a Vienna con una cámara oculta en lo que denunció como una presión del magistrado para que cambiara de abogado. También el ex jefe de Inteligencia de Drogas Peligrosas Cristian Floiger, señalado por facilitar información al núcleo de los Cantero. El policía Juan José Raffo, conocido por sus denuncias en el pasado de corrupción policial. Y en el escalón de los civiles Francisco Lapiana, representante de futbolistas, señalado como blanqueador de activos procedente de las actividades ilícitas del grupo acusado.

Los que siguen son los que serán juzgados por el juez de Sentencia Julio César García:

1-Juan Angel Delmastro. Ex agente de Drogas Peligrosas. Llega acusado de asociación ilícita y violación de secreto. Ya está procesado como partícipe secundario del crimen de Lourdes Cantero, de 14 años, que se atribuye al grupo de Los Monos. En escuchas con el prófugo Ramón "Monchi Cantero" Machuca le da vía libre para que actúen contra un búnker. Luego sobrevino una balacera contra la casa donde murió la adolescente.

2-Sergio Blanche. Acusado de asociación ilícita, violación de secreto y cohecho en concurso real. Comisario principal. Su último destino fue en la comisaría de Puerto San Martín. Le imputan facilitar armas y proyectiles a la banda de Los Monos.

3-Juan José Raffo. Asociación ilícita. Ex policía en disponibilidad. Aparece en escuchas telefónicas con el prófugo "Monchi Cantero". Le atribuyen haber facilitado información acerca de procedimientos policiales relacionados con la persecución a la banda.

4-Cristian Floiger. Asociación ilícita. Era jefe de Inteligencia de Drogas Peligrosas en funciones al ser detenido. Señalado por favorecer a la banda anticipando información sobre procedimientos en su contra.

5-Francisco Lapiana. Asociación ilícita. Presunto lavador de dinero procedente de la actividad criminal de la banda en operaciones de compraventa de futbolistas. Fue el representante de Angel Correa, que anteayer convirtió el gol que clasificó a la Selección Argentina sub 20 a los Juegos Olímpicos.

6-Guillermo Cardini. Comisario. Ex jefe de Sustracción de Automotores. Le imputan favorecer a los Cantero al no allanar una cochera de pasaje Blanco al 6100 donde éstos guardaban autos y una moto de agua. Era la voz cantante en el procedimiento en el cual no se incautaron los vehículos en base aparente al cobro de una coima. Mencionado en escuchas de miembros de los Cantero por el apodo que admite tener: "Pipa". Monchi Cantero habla de "Pipa, de Automotores". Cohecho y encubrimiento en calidad de autor en concurso real. No fue por asociación ilícita.

7-Germán Horacio Herrera. Cohecho y encubrimiento en calidad de autor en concurso real. No le imputó asociación ilícita. Era el jefe de la Sección Sustracción de Automotores de Rosario.

8-Sergio Fabián Ríos. Asociación ilícita y encubrimiento agravado. Está acusado de facilitarles aparatos de comunicación a miembros de la banda. Se lo detectó como falso policía en un operativo de la Policía Federal de Rosario en Misiones.

9-Angel Albano Avaca. Suboficial que prestaba servicios como secretario en la comisaría 15ª.Le asignan dar protección a la banda de con información. En una ocasión a Monchi Cantero se le capta en una escucha: “Me apagaste la radio y sabés que había bardo. Me tenés que llamar, ¿para qué te estoy pagando?”.

10-Diego Javier Cárdenas. Asociación ilícita y violación de secreto. Suboficial de la policía provincial, cumplía funciones en la subcomisaría 11ª de Fighiera.

11-Waldemar Raúl Gómez. Asociación ilícita y violación de secreto. Prestaba servicios en la Sección Inteligencia de la Delegación Rosario de la Policía Federal. Acusado de facilitar información ala familia Cantero.

12-Omar Angel Lescano. Asociación ilícita, violación de secreto, cohecho y encubrimiento agravado. Policía. Acusado de colaborar con información con Los Monos. El seguimiento empezó a partir de la venta que hizo de una casa en barrio Las Flores a Celestina Contreras, madre de Guille y Pájaro Cantero.

13-Eduardo Anacleto Enriquez. Policía. Asociación ilícita y violación de secreto. Le atribuyen en base a escuchas haber recibido instrucciones directas de Machuca para que gestione una orden de allanamiento en Francia al 4800, haber aportado datos sobre otros policías de la provincia el 27 de mayo de 2013 y haber brindado datos sobre la ubicación de efectivos de Gendarmería el 28 de mayo de 2013.

14-Alfredo Ojeda. Tenencia de arma de guerra. Es un civil

15-Roberto Mario Otaduy. Asociación ilícita. Suboficial de Prefectura Naval Argentina asignado a la zona Bajo Paraná. Facilitamiento de información.

16-Ariel Fernando Bortolotto. Asociación ilícita y encubrimiento agravado. Civil. Presunto testaferro. Lo acusan de poner a su nombre un Audi Q3 de la banda. Tiene un taller mecánico.

17-Alejandra Amelia Lescano. Tenencia de arma de guerra. Amiga de Ariel Cantero padre.

El alcance de asociación. El fiscal Fernández Bussy sostiene en el escrito de elevación a juicio que la causa se abre con un hecho no esclarecido: el homicidio de Martín Fantasma Paz en septiembre de 2008 en Entre Ríos y 27 de Febrero.
  Pero señala que la investigación de este atentado pone en evidencia el funcionamiento de una asociación ilícita que permite al grupo explotar negocios económicos muy diversos haciendo uso, para asegurar la viabilidad de estos negocios, de la violencia.
  En ese sentido cada uno de los remitidos a juicio cumplía un rol específico para garantizar la consolidación de la organización.
  El fiscal se afirma en la resolución dictada por Vienna hace casi un año, el 19 de febrero del año pasado, para avanzar en sus imputaciones.

Los elementos. Considera fundamentales para la acusación la organización probatoria surgida de escuchas telefónicas, los legajos individuales formados que indican el aspecto patrimonial de la asociación ilícita y la mecánica según la cual se produjo la identificación de los usuarios de las líneas telefónicas, así como sus funciones específicas.
  En ese sentido describe con jurisprudencia qué significa el rol de asociación ilícita. Plantea que es un delito formal que sólo requiere la intervención de tres o más personas en un acuerdo, revestido de ciertos caracteres de permanencia, con proyectos futuros, en constante colaboración y designio de actuar en común para delinquir en forma indeterminada. La mayoría de los 17 que van a juicio responderán por ese ilícito.

En espera del próximo turno de la acusación

Varios de los más notorios procesados en esta causa esperan un segundo tramo de acusación. Entre ellos está por ejemplo “Guille” Cantero, el acusado de financista Mariano Ruiz, Celestina Contreras (madre de Guille) y los policías Juan “Chavo” Maciel y Gustavo “Gula” Pereyra.
  La pesquisa que terminó con los procesamientos de febrero pasado, a partir de los cuales ahora el fiscal pide la elevación a juicio, tiene a la mayoría de los 38 procesados implicados por integrar una banda de tres o más personas destinada a la comisión de “delitos indeterminados” tales como “tenencia y portación de armas, homicidios, homicidios calificados, lesiones, extorsiones, amenazas, daños, cohechos y encubrimientos, así como tráfico de estupefacientes”.

Negocio de la violencia. Así fue definida esa organización ilícita en la causa 913/12: “Cuenta con una organización interna estable, con funciones definidas y una existencia desde antes del 8 de septiembre de 2012”, que es la fecha en que mataron a Martín Fantasma Paz.
  “El objeto fundacional, prioritario y aglutinante de la banda investigada —definió Vienna al procesar a los miembros del grupo— es lo que podría denominarse como el «negocio de la violencia», que preexiste y es presupuesto de todo otro negocio. A saber: la organización de violencia sistemática a los fines de provocar y usufructuar un territorio liberado. La imposición por el miedo, lo cual otorga un valor agregado a los testimonios recabados en la presente investigación”.
  Respecto del tráfico de estupefacientes como actividad, el magistrado señaló hace un año que “surge con prístina claridad dentro de las actividades del grupo, como una de sus fuentes de ingresos y asimismo como otro de los mecanismo de control. No estamos en presencia de meros «narcotraficantes», amparados en el secreto y la clandestinidad, abocados al mero intercambio, sino, por el contrario, nos hallamos frente a abiertos controladores de zonas y personas, proveedores de «seguridad», prometedores de violencia, que en dicho marco usufructúan negocios diversos y exclusivos, legales o no, entre ellos el de la droga”.