En la previa del último partido de la Superliga, cuando Colón derrotó por 3-1 a Racing en Avellaneda para lograr el objetivo de clasificarse por segundo año consecutivo para disputar la Copa Sudamericana, el presidente José Vignatti se reunió con el arquero que pretendía que sea el reemplazante de Alexander Domínguez.
Se trata de Leonardo Burián, quien venía de cerrar una gran temporada con el subcampeón Godoy Cruz. El uruguayo no iba a continuar en el elenco mendocino, ya que los dirigentes de dicha institución no estaban dispuestos a hacer uso de la opción que tenían a favor para quedarse con el arquero.
Es que Alexander Domínguez terminaba su contrato el 30 de junio, y desde Colón ya se sabía que Monterrey (club dueño de su pase) pediría una cifra muy importante en dólares para dejarlo partir, ya que no estaban dispuestos a negociarlo a préstamo otra vez.
Finalmente, el conjunto azteca pidió 1.500.000 dólares, lo que hizo imposible su continuidad en Colón. En este momento el nombre del arquero suena con fuerza por Vélez y Rosario Central. Incluso desde Liniers ya habrían hecho un ofrecimiento muy importante para quedarse con sus servicios.
Una vez que se produjo la salida de Domínguez, todo parecía indicar que Burián se convertiría en el nuevo arquero sabalero. El charrúa negoció personalmente con el presidente Vignatti, reunión donde no estuvo presente su representante Sebastián Morquio. Una vez que el exjugador de Huracán se puso al frente de las gestiones no recibió las mejores referencias de los popes rojinegros, por lo que en este momento las negociaciones quedaron paralizadas, ya que también analizan otras ofertas en el mercado de pases.