Mientras el plantel continúa sin actividad por la deuda salarial, la dirigencia de Colón prepara una semana intensa en Buenos Aires con la mira puesta en varios frentes críticos. La comisión directiva sabe que el tiempo apremia y que para reactivar el día a día del club es indispensable empezar a desatar los nudos que hoy condicionan al Sabalero tanto en lo económico como en lo deportivo.
No se descarta que el propio presidente José Alonso encabece la delegación, acompañado por el tesorero Hugo Carnevale, en una gestión que se anuncia extensa y cargada de reuniones. La cuestión más urgente es la inhibición que pesa sobre Colón en FIFA por la deuda con el paraguayo Alberto Espínola, una cifra que supera los 400.000 dólares y que impide avanzar en el mercado de pases. La idea es sentarse a negociar, intentar un entendimiento y generar un esquema de pago que permita recuperar libertad de acción.
Además del caso Espínola, la dirigencia buscará obtener recursos o acuerdos financieros para saldar parte de los haberes adeudados a los jugadores. Al plantel profesional se le debe el derecho de imagen desde agosto, una situación que derivó en dos semanas consecutivas de paro. La intención es abonar al menos un mes para destrabar el conflicto y garantizar el retorno a los entrenamientos, algo imprescindible para empezar a planificar la pretemporada.
La semana pasada, el club ya había logrado cancelar la deuda con los empleados de planta permanente, un paso necesario pero insuficiente frente a la magnitud de los compromisos pendientes. Ahora, resolver la situación del plantel se volvió la prioridad inmediata.
El viaje también tendrá un costado estrictamente deportivo. Con la llegada de Diego Colotto como secretario deportivo, se iniciará formalmente la etapa de armado del nuevo plantel junto al entrenador Ezequiel Medrán. En Buenos Aires empezarán a analizar perfiles, cerrar reuniones y tantear posibles refuerzos para una reestructuración profunda que se anticipa ambiciosa.
La dirigencia pretende que las primeras incorporaciones puedan concretarse rápidamente, en paralelo a la resolución de la inhibición. Por eso la estadía en la capital del país no será solo administrativa: será clave para definir nombres, avanzar en gestiones y dar señales claras de que Colón comienza a moverse.
El Sabalero enfrenta días bisagra. El éxito de las gestiones en Buenos Aires puede marcar el rumbo de su futuro inmediato, no solo en lo deportivo, sino también en la recuperación institucional que el club necesita con urgencia.