Unión ya logró lo que parecía un sueño hace unos meses: meterse entre los ocho mejores del Torneo Clausura. La clasificación a los playoffs, confirmada tras el empate con Barracas Central y los resultados del domingo, fue un paso histórico para el equipo de Leonardo Madelón. Sin embargo, el entrenador ya cambió el chip. La cabeza está puesta en el cierre ante Belgrano y, sobre todo, en cómo administrar energías para llegar pleno a los cruces decisivos.

El Tate afrontará el compromiso en Alberdi con una baja confirmada y varias incógnitas. Lautaro Vargas deberá cumplir una fecha de suspensión por acumulación de amarillas, lo que abre la principal disyuntiva de la semana: ¿quién ocupará su lugar? El DT evalúa dos caminos. Por un lado, Emiliano Álvarez, opción más ofensiva y con salida limpia desde el fondo; por otro, Nicolás Paz, de perfil más defensivo, ideal para un partido que promete intensidad y presión alta del local.

Pero el reemplazo de Vargas no es el único tema en agenda. Madelón también analiza qué hacer con Cristian Tarragona, aún con molestias tras el golpe sufrido ante Newell’s. Su lugar ante Barracas lo ocupó Marcelo Estigarribia, que tampoco atraviesa su mejor momento físico por una molestia en la rodilla. A ellos se suma Mauricio Martínez, uno de los jugadores más utilizados del plantel, quien podría recibir descanso tras varios encuentros de desgaste.

En la zona media del campo, Franco Fragapane aparece como una carta posible para darle frescura y desequilibrio, en reemplazo de Nicolás Palavecino, que bajó su nivel en las últimas fechas. Madelón busca recuperar intensidad y profundidad en los metros finales, sin perder equilibrio en el retroceso.

El técnico valora el contexto: Unión tuvo más días de preparación, ya que jugó el sábado, mientras que Belgrano recién completó con derrota su partido el lunes ante Argentinos Juniors. Esa diferencia le permitirá al cuerpo técnico trabajar con mayor tranquilidad en Casasol y evaluar caso por caso antes de definir la lista de concentrados.

El desafío no es menor. Madelón sabe que el equipo llegó a esta instancia con un desgaste evidente, pero también entiende que cerrar bien la fase regular podría darle una posición más favorable para los playoffs. En ese delicado equilibrio entre cuidar y competir, el Tate buscará mantener la identidad que lo trajo hasta aquí: un equipo sólido, intenso y comprometido con su idea.

En Alberdi, Unión jugará con la tranquilidad del deber cumplido, pero también con la ambición de seguir creciendo. Y Madelón, una vez más, tendrá en sus manos la tarea de encontrar la mejor versión posible, justo cuando el torneo entra en su etapa más exigente.