En Colón, la situación económica atraviesa un momento crítico y la deuda con el plantel se transformó en el principal foco de preocupación para la dirigencia. Lo que en su momento se intentó disimular durante la etapa más tensa de la Primera Nacional, hoy es una realidad imposible de ocultar: los jugadores acumulan varios meses sin cobrar y el panorama financiero se agrava.
Durante la recta final del campeonato, cuando el fantasma del descenso acechaba, los dirigentes convocaron a los grupos opositores para mostrar una imagen de unidad y transmitir tranquilidad. En aquel encuentro se aseguró que no existían deudas con el plantel, pero el tiempo demostró lo contrario. Según pudo confirmar Diez en Deportes, lo último que se abonó fue un 20% de julio.
Con la temporada ya finalizada, la situación se vuelve aún más compleja. Los ingresos se redujeron, mientras que los gastos se mantienen, lo que deja a la tesorería en una posición delicada. La posibilidad de que comiencen a llegar cartas de intimación por parte de los futbolistas no se descarta, aunque no sería lo habitual, salvo que intervenga Futbolistas Agremiados.
Uno de los factores que agravó el cuadro fue el incumplimiento de Platense en el pago de las cuotas del pase de Leonel Picco, dinero que la dirigencia contaba para ponerse al día. Esa demora obligó a hacer malabares financieros para afrontar compromisos urgentes y mantener la estabilidad institucional.
A esta problemática se suma el caso de Alberto Espínola, cuyo conflicto contractual sigue sin resolverse y, aunque hoy quedó en un segundo plano, representa otra preocupación latente en el seno sabalero. Con el plantel próximo a iniciar las vacaciones y sin señales concretas de que aparezca el dinero, el clima en Colón comienza a tensarse.