En medio de un panorama económico complejo, Unión busca una solución para destrabar el embargo que pesa sobre sus cuentas principales, producto del reclamo judicial del representante Sergio Levinton.

El conflicto se originó por el 50% de la transferencia de Ignacio Malcorra a Tijuana de México en 2016, operación por la cual el agente exige el pago de una suma que el club considera improcedente. El presidente Luis Spahn fue categórico al afirmar que la institución apeló la medida y no cederá “ni un peso”, sosteniendo que “no existió ningún acuerdo con Levinton” que justifique su demanda.

Mientras tanto, el embargo generó un fuerte dolor de cabeza en la tesorería, al dejar congeladas las cuentas más importantes y complicar el cumplimiento de distintos compromisos financieros, incluidos los sueldos generales.

Según pudo saber Diez en Deportes, la dirigencia trabaja en una alternativa para reemplazar la cuenta embargada por un bien o inmueble, con el objetivo de liberar las cuentas y retomar la operatividad económica del club. Los días corren y puertas adentro el tema se sigue de cerca, con la clara intención de resolver el conflicto sin contemplar, por ahora, un pago directo al representante.