Este lunes por la tarde, Colón retomará los entrenamientos en el Predio 4 de Junio, iniciando la segunda semana de preparación tras el cierre de su participación en la Primera Nacional, donde consiguió mantener la categoría pero terminó muy lejos de la pelea por el ascenso.
El plantel volverá a moverse bajo la conducción de Ezequiel Medrán, quien continúa al mando del equipo mientras aguarda definiciones sobre su futuro, que quedará supeditado a lo que ocurra en las elecciones del próximo 30 de noviembre. Su contrato se extiende hasta diciembre de 2026, aunque su permanencia no está garantizada y será evaluada por la próxima comisión directiva.
A pesar del parate y del contexto institucional incierto, el cuerpo técnico decidió mantener una planificación intensa y ordenada, con trabajos físicos, tácticos y técnicos que buscan sostener el ritmo competitivo y la cohesión del grupo. En este sentido, la rutina diaria se asemeja a una pretemporada formal, con el objetivo de no perder ritmo y llegar con buena base al próximo torneo.
En el plano médico, Gonzalo Soto, Tomás Gallay y Agustín Giménez siguen trabajando de forma diferenciada, en la etapa final de sus recuperaciones por distintas lesiones musculares. Los tres futbolistas tienen vínculo vigente con el club hasta 2026, y su evolución será monitoreada por el cuerpo técnico y el área médica de cara al nuevo ciclo que comenzará después de los comicios.
Mientras tanto, el plantel sabalero presenta algunos movimientos: José Barreto y Joel Soñora ya no forman parte del grupo, tras haber rescindido sus contratos. En tanto, los juveniles continúan bajo la supervisión de Martín Minella en Reserva, con la posibilidad de ser promovidos nuevamente al plantel principal en el corto plazo.
El resto de los jugadores trabaja dividido: los que tienen contrato próximo a vencer realizan tareas más livianas, y aquellos con vínculo prolongado entrenan con normalidad junto al cuerpo técnico.
Colón transita un momento de transición institucional y deportiva, donde conviven la planificación del presente con la expectativa del cambio dirigencial. Los actuales responsables del fútbol buscan mantener el orden interno y la disciplina, mientras los candidatos a conducir el club ya piensan en el modelo futbolístico que implementarán desde diciembre.
En medio de esa espera, Medrán intenta mantener encendida la llama competitiva de un grupo que cerró un año difícil, pero que ahora busca reencontrarse con el trabajo, la identidad y la esperanza de un nuevo comienzo.