El rechazo del Senado a los vetos presidenciales sobre la Ley de Financiamiento Universitario y la Ley de Emergencia Pediátrica trajo alivio en distintos sectores, aunque persiste la incertidumbre sobre su aplicación. En entrevistas con LT10, el jefe de clínicas del Hospital Garrahan, Pablo Pucar, y el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci, remarcaron la necesidad de que el Ejecutivo respete lo resuelto por el Congreso.

“Con mucha expectativa, ambiguo, totalmente ambiguo lo que sentimos, porque no estamos acostumbrados a ninguna racionalidad por parte del Estado”, expresó Pucar, y advirtió que en el Garrahan “el equipo de salud está muy cansado” luego de un año y medio de crisis. El médico describió un panorama complejo: “Renunciaron 245 profesionales. Asistir a nuestros pacientes sin ese grupo que acompañaba en la labor diaria genera un cansancio mental muy grande, un estrés muy importante”.

El pediatra también apuntó al vaciamiento de la institución: “Al hospital le han hecho mucho daño, se vayan ahora o se vayan dentro de dos años, ganemos la ley o no la ganemos, hay un daño instalado de eso que es muy grande”. Y agregó ejemplos concretos: “La radioterapia en los chicos oncológicos se está derivando a centros privados porque el equipo comprado en 2023 se rompió y no lo reparan. Lo mismo pasa con equipamiento para diagnosticar tuberculosis”.

Por su parte, Bartolacci destacó la importancia de que el Congreso haya insistido con la norma universitaria: “Primero porque es un reconocimiento a lo que venimos planteando desde hace dos años y una respuesta concreta al pedido de recursos para reparar el desfasaje entre inflación y actualizaciones percibidas. Segundo, porque tenemos ahora un instrumento legal para accionar judicialmente reclamando los fondos. Y tercero, porque establece un piso distinto para discutir el presupuesto 2026”.

El rector advirtió que la vía judicial es un camino en evaluación: “Si el presidente de la Nación anuncia una estrategia similar a la de discapacidad, vamos a reunirnos desde el Consejo Interuniversitario Nacional para definir cómo actuar”.

Además, cuestionó el manejo de recursos con presupuestos reconducidos: “Hace dos años que estamos con presupuesto reconducido y lo que hay que aclarar es que eso va a contramano del control y la transparencia. Permite definir discrecionalmente a dónde van los fondos. Entonces uno después no entiende por qué no hay para el Garrahan, para las universidades o para discapacidad, y sí hay para aumentar un 1000% los servicios de inteligencia”.

Bartolacci concluyó con un agradecimiento: “No hubiésemos llegado hasta este punto si no fuera por el abrazo conmovedor de la sociedad argentina cada vez que hizo falta en defensa de su universidad. Eso fue lo que nos sostuvo hasta acá y es definitorio hacia adelante”.

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