Este lunes a las 22 estrena por Space la biopic del boxeador Argentino Carlos Monzón. Una serie de 13 capítulos que tienen como eje la vida del deportista y la investigación del femicidio por el cual fue condenado, la muerte de Alicia Muñiz, su última pareja y madre de su hijo menor.
Jorge Román y Mauricio Paniagua son los encargados de interpretar al histórico boxeador argentino en las distintas etapas de su vida. En diálogo con Al Derecho y Al Revés, Román contó cómo fue ponerse en la piel del Monzón adulto, luego de su retiro tras la pelea con Valdez.
El actor tuvo que investigar para lograr reconstruir los hechos que atraviesan al personaje y los distintos puntos de vista para encararlo. Por un lado, Román tuvo en cuenta lo que estaba escrito en el guion, pero además sabía bastante de la vida de él porque cuando era más chico seguía mucho el deporte, y llegó a escuchar las peleas por radio.
Pero luego del retiro, no supo más de lo que ocurrió con el boxeador en la vida personal, la farándula y la violencia.
Por lo tanto, en la parte que a Román le tocó interpretar implementó a modo de estrategia “tratar de evitar en lo más posible el análisis y poner el cuerpo, porque todo en Monzón era físico”, señaló y agregó “su actitud, su manera de pararse en la vida, eso era lo que había que mostrar y demandó mucho esfuerzo”.
Para poder entender y encarnar ese momento, se centró en los videos de Monzón en la cárcel y ese contraste “me sirvió para ver el arco allá en San Javier con el barro, la pobreza y la violencia continua a la gloria”, indicó.
Dos momentos de la cárcel marcaron al actor para encarnar el personaje, uno de ellos cuando Monzón manifestó que intentó suicidarse y otro donde le preguntan si seguía tomando alcohol a lo que responde que eso lo había llevado a estar preso. “Había que unir elementos, entre ellos la violencia y el alcohol”.
Además, resultó clave la interacción entre él y Paniagua que interpreta al boxeador en su juventud.
Pero sobre todo, Román destacó la empatía y ver al ser humano como tal: “Puedo ir hasta el fondo del barrio y hasta el cielo, es la condición humana. La interpretación requiere que te pasen cosas como le pasan al personaje y entraba con esa energía de a quién hay que pegarle”.
También reconoció que al conocer la violencia que ejercía Monzón “en un momento me encontré con la necesidad de decirle a Monzón que ‘pare la mano’”.