LT10 - operación primicia

Lunes 05 de Octubre de 2015 - 16:25 hs

A 40 años del ataque Montonero que conmocionó al país

Era la primera vez que Montoneros atacaba un cuartel del Ejército "gorila", bajo la dirección de Firmenich. Qué buscaban en la población con ese enfrentamiento.

El primer muerto fue el soldado que estaba más cerca de la puerta de la Guardia, Antonio Arrieta, de 21 años, que era el telefonista de turno y no tenía armas; un tiro le perforó la cabeza, que quedó levemente recostada contra el respaldo de la silla, como si estuviera durmiendo frente al panel y al cablerío de la central telefónica, con los auriculares todavía conectados a sus oídos.

Lo mató alguno de los ocho jóvenes como él que se habían bajado a la carrera de un Rastrojero beige, en el inicio del ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29, ubicado en las afueras de la ciudad de Formosa, frente al río Paraguay.

El local de la Guardia era el foco principal del ataque; por eso, Montoneros envió allí a sus “oficiales” mejor preparados, más confiables, que venían de Rosario. Eso ocurrió minutos después de las cuatro de la tarde el domingo 5 de octubre de 1975, hace cuarenta años.

Era la primera vez que Montoneros atacaba un cuartel del Ejército; a esa altura la cúpula de la guerrilla peronista, encabezada por el “oficial superior” Mario Firmenich, estaba convencida de que el golpe de Estado del que tanto se hablaba era inexorable y que, incluso podía beneficiarlos. Por ese motivo, crearon el Ejército Montonero, con sus uniformes color azul y sus grados, que debutó precisamente con ese ataque, llamado “Operación Primicia”. Para enfrentar al Ejército “gorila”, un mero instrumento de “la oligarquía y el imperialismo”.

La apuesta de Montoneros era que en ese enfrentamiento el pueblo se inclinara por ellos al comprender que eran quienes defendían sus verdaderos intereses. Ese Ejército Montonero debía conducir al pueblo, más tarde o más temprano, a “la liberación nacional y la Patria Socialista”.

El ataque fue también un reflejo de la división dentro del peronismo, de donde venía Montoneros, ya que el país era gobernado no por una dictadura sino por la presidenta Isabel Perón, la viuda de Juan Perón. Era un gobierno constitucional aunque muy debilitado por la violencia política, la inflación, el desabastecimiento, la falta de liderazgo de Isabelita y los presuntos hechos de corrupción.

Los montoneros pensaban que los soldados que aquel domingo estaban de guardia no iban a pelear contra ellos, pero sucedió lo imprevisto: los conscriptos —el servicio militar era obligatorio y duraba un año— los enfrentaron, y se produjo un combate que duró media hora y terminó con veinticuatro muertos, doce guerrilleros y doce defensores del cuartel, entre ellos diez soldados. En total, unos setenta combatientes participaron en esta operación, que tuvo cinco etapas, algunas de ellas simultáneas.

En primer lugar, un pelotón secuestró el Vuelo 706 de Aerolíneas Argentinas, con ciento dos pasajeros y seis tripulantes, que se dirigía a Corrientes pero fue desviado a Formosa, a 1.190 kilómetros de Buenos Aires. Mientras tanto, otro pelotón copaba el aeropuerto internacional “El Pucú”. Hubo allí un policía muerto.

En ese mismo momento, una columna encabezada por el número 4 de Montoneros a nivel nacional, Raúl Yaguer, atacaba el Regimiento de Infantería de Monte 29, el segundo en poder de fuego de todo el país. Los guerrilleros que lograron sobrevivir escaparon en un par de vehículos, llegaron al aeropuerto y se fugaron en el moderno Boeing 737-200 de Aerolíneas y en un Cessna 182 de cuatro plazas que sirvió para confundir en el aire a los perseguidores.

El avión aterrizó a 700 kilómetros de Formosa, en una pista preparada para la ocasión en una estancia cerca de Rafaela, la “Perla del Oeste” santafesino. El Cessna bajó en un arrozal en las afueras de Corrientes. Luego del ataque, cuando los guerrilleros ya habían huido, patrullas militares salieron del cuartel y mataron a tres vecinos —entre ellos, un estudiante secundario de 15 años— que no habían tenido nada que ver. En total, hubo veintiocho muertos.

El ataque provocó una fuerte conmoción nacional y desencadenó una serie de reuniones de urgencia entre políticos, sindicalistas y militares que derivaron en la decisión del general Jorge Videla y el almirante Emilio Massera —ya eran los jefes del Ejército y la Marina— de fijar la fecha del golpe para el 24 de marzo de 1976.

Fuente: Perfil.com