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Como si ya no tuviera suficiente con los escándalos de corrupción, la inflación, el desempleo y la recesión, el gobierno de Dilma Rousseff sumó en los últimos días otro dolor de cabeza con el preocupante aumento en el precio del dólar. Un índice que históricamente nunca había movido el amperímetro en Brasil.

La cotización de la divisa estadounidense sube este martes hasta los 3,48 reales por dólar, lo que representa un incremento del 0,46% en comparación con los 3,45 reales en los que había cerrado el lunes.

El dólar en Brasil va a contramano del mercado extranjero. El "índice dólar", que mide la variación del dólar contra una canasta de otras 10 monedas, opera con un ligero descenso del 0,13 por ciento.

Jefferson Luiz Rugik, economista de Correparti Corretora de Câmbio, asegura que hay factores externos e internos que contribuyen a la volatilidad de la moneda.

En el frente externo, las preocupaciones son la desaceleración de la economía china y la posibilidad de un aumento de las tasas de interés en Estados Unidos a partir de septiembre.
Mientras que en el ámbito interno, el fin del receso en el Congreso hará que se reanuden las votaciones por las medidas de ajuste fiscal. "La cautela sigue dominando el entorno del intercambio interno, sobre todo con el regreso del trabajo en el Congreso. Cualquier noticia positiva o negativa dirigirá los precios en nuestro intercambio", explica Rugik.

El viernes el real había registrado una pérdida del 1,46% hasta ubicarse en 3,42, en una jornada en que se informó que Brasil sufrió su mayor déficit primario de la serie histórica.
La caída del lunes coincidió con la detención del ex jefe de gabinete de Luiz Inácio Lula da Silva, José Dirceu, señalado como uno de los creadores del fraude multimillonario a la estatal Petrobras que sacude a la élite política y empresarial del país. El real, además, acumula una desvalorización de más del 23% en lo que va del año. En 2014 bajó un 13% frente a la divisa estadounidense.

Por otro lado, el índice Bovespa de la Bolsa de San Pablo bajó el lunes un 1,43% y cerró en los 50.138 puntos, presionado tanto por la adquisición por parte del banco Bradesco de las operaciones del HSBC en Brasil como por el impacto en Petrobras de la caída del precio del petróleo en las plazas internacionales.

El mercado reaccionó el lunes con recelo a la adquisición anunciada por Bradesco, que confirmó la compra de las operaciones del británico HSBC en Brasil por 5.200 millones de dólares, lo que supuso que sus acciones preferenciales cayeran un 3,12% y fueran las más negociadas de la jornada, con el 8,84% del total de intercambios, y que las ordinarias se depreciaran el 0,94 por ciento.

En el mal resultado de la plaza paulista también influyó la caída de la cotización de dos importantes empresas del sector petroquímico, como son la estatal Petrobras y la petroquímica Braskem, lastradas por la caída de la cotización internacional del crudo.
Las acciones ordinarias -con derecho a voto- de Petrobras cayeron un 5,18% y estuvieron entre los cinco papeles que más valor perdieron en la jornada, mientras que sus preferenciales registraron una bajada del 4,57 por ciento.

Por su parte, los valores preferenciales de la petroquímica Braskem fueron los segundos que más perdieron en el mercado, con una caída del 7,81%, mientras que sus acciones ordinarias se depreciaron un 4,26 por ciento. El recinto de cotizaciones paulista totalizó el lunes negocios por un valor de 5.164 millones de reales (unos 1.495 millones de dólares) en 835.488 transacciones a lo largo de la jornada.