LT10 - Columna de opinión

Domingo 29 de Marzo de 2015 - 09:41 hs

\\"Cuando los reiterados errores se convierten en estafa\\"

 En la enciclopedia libre de wikipedia encontramos claramente que la ESTAFA "es un delito contra la propiedad o el patrimonio. En ocasiones se asimila al fraude, el timo y el engaño. De acuerdo a lo establecido en términos generales, el delito de estafa es descripto como un acto de daño o perjuicio sobre el patrimonio".

El fútbol sigue sufriendo estafas constantes con perversa y llamativa complicidad de todos sus actores. Con o sin intención queda flotando la sensación que “da lo mismo” y más si el damnificado es un menesteroso equipo del interior.

Los árbitros siguen cambiando el destino de los partidos a su antojo. Injusto, innecesario. Luego del encuentro entre Central y Colón, todos aceptaron el error del juez. Simpatizantes locales, periodistas rosarinos, santafesinos y los enviados del FPT coincidieron en que Loustau se equivocó. Para algunos más, para otros menos, pifió feo. Pero reconocerlo sería “otro error” para los jueces actuales, siempre alejados de una sincera autocrítica porque según aducen, los “expone aún más”.

Ya hemos dicho y lo seguiré sosteniendo hasta el hartazgo que históricamente, la legalidad en el fútbol estuvo subordinada al ojo del árbitro. Un tribunal precario, que sólo cuenta con la tímida ayuda de los jueces de línea, pocas veces dispuestos a comprometerse con las decisiones del “superior”.

También sigo convencido que el argumento romántico de que el error humano de los réferis preserva algún tipo de pureza deportiva o consolida una tradición, es una forma de “lavarse las manos”, hacerse el distraído en la crítica, y si prefieren, terminar claudicando ante una “estafa”. Una más… como si en el ambiente del fútbol no faltaran “agachadas” e “inmoralidades”.

Ni aquellos que de tanto en tanto exhuman esta fragancia añeja, rancia, creen en esto. Y menos aún si el Señor de negro te perjudica. Incluyo en esto a los buenos amigos de “mi gremio”, quienes despojados de pasión intentamos ser “cuidadosos” ante el error de la autoridad. Ahora bien, está claro que ninguno de nosotros aceptaría el fallo de un tribunal si este estuviera equivocado. O que diríamos por ejemplo si un inspector de tránsito nos labra un acta por una infracción que no cometimos y el juez de faltas igual nos obliga a pagarla. ¿Sería esto acaso una estafa? Y no me vengan con la excusa o el pretexto de que el fútbol “es un juego”. El fútbol profesional primero es un gran negocio para todos, incluido algunos “hinchas caracterizados”. Salvo el simpatizante común, de a pie, el socio genuino… el resto ve y va a la cancha con algún fin de lucro: Jugadores, técnicos, árbitros, periodistas, vendedores ambulantes, muchos dirigentes y hasta los mismos barras y el propio Estado.

Ayer en La Plata, en Mataderos o en el "15 de abril". Antes fueron los Diaz, Argañaraz, Penel, Echenique y otros tantos. Anoche Loustau. Los hombres de ley se siguen mostrando precarios, ineptos... injustos. ¿Falta? fuera del área en el ¿penal?. Salvo el árbitro, nadie coincidió con el fallo. Además, no sacó tarjeta roja a González (ya estaba amonestado) por una segunda infracción tanto o más violenta que otras que sí merecieron el acrílico de “precaución”.

Si todavía Argentina toda recuerda a Codesal por el penal otorgado a Alemania en Mundial de Italia 90. Si el italiano Rizzoli fue el “verdugo” argentino en la finalísima del Mundial de Brasil pasado por la falta de Neuer a Higuaín que “no vio”… Con la misma lógica, Loustau perjudicó a Colón este viernes en Rosario.
Sólo es cuestión de medir con la misma vara.

Por lo general, los delitos de estafa son considerados de menor gravedad que otros, y más si se trata de juzgarlos en términos futbolísticos. Por eso esta “estafa arbitral” pasará desapercibida como tantas otras de la vida cotidiana, con la salvedad de que en algunos otros estamentos uno podría ser escuchado mucho más que en el Tribunal autoritario y egoísta del fútbol. Lo que no dejará de ser es una desproporcionada y tremenda injusticia