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Lunes 01 de Septiembre de 2014 - 21:00 hs

Ex jefe de sicarios de Escobar arrepentido por un solo asesinato

 El ex jefe de sicarios de Pablo Escobar, John Jairo “Popeye” Velásquez, reconoció que de los 3 mil homicidios en los que participó –300 de los cuales fueron perpetrados por él mismo– apenas uno lo apena, el del candidato presidencial Luis Carlos Galán, de 1989. Destacó que trabajar al lado del narcotraficante más famoso fue “espectacular” pero que ahora quiere dedicarse a concientizar a la juventud a que evite los caminos del crimen. Velásquez fue liberado el martes pasado después de haber pasado tras las rejas 23 de sus 52 años de vida.

"Me arrepiento de la muerte del doctor Luis Carlos Galán porque eso torció la historia de Colombia", confesó Popeye durante una entrevista al Canal RCN, tras su salida de la cárcel de máxima seguridad de Cómbita.

Galán fue asesinado por orden del cartel de Medellín en un acto de campaña para las elecciones presidenciales de 1990, para las cuales era favorito por su postura contra el narcotráfico y la corrupción.

Según Popeye, cuando fue al juicio por el caso de Galán quedó impresionado al ver a su familia "tan decente", especialmente a sus tres hijos, dos de ellos senadores. De acuerdo a lo publicado por EFE, los describió como "mesurados y sin odio".

Reconoció que asesinó directamente a por lo menos 300 personas y que como jefe de los matones de Escobar, entre 1980 y 1990, participó en unos 3.000 homicidios en el marco de la guerra entre carteles y contra el Estado colombiano.

Entre las víctimas reconocidas por Popeye está el entonces procurador general de la nación Carlos Mauro Hoyos, secuestrado y asesinado por él mismo en enero de 1988 y numerosos magistrados, políticos, jueces, periodistas y policías que se opusieron al imperio criminal de Escobar.

También admitió que participó en el atentado que en noviembre de 1989 hizo explotar en pleno vuelo un avión de la aerolínea Avianca con 110 personas a bordo.

Sobre el propio Escobar, contó que era un “hombre generoso” y lo tildó como su "gran profesor".

"Cuando ingresé a trabajar con (él) en los años 80 para mí fue espectacular", se sinceró.

En libertad pero no a salvo

Popeye predijo que ahora que recuperó la libertad, corre peligro por su pasado, y citó como "un problema muy grande" para su vida a un sujeto llamado "Guillo Ángel, un bandido muy bien ´rankeado´ en Medellín" que apoya a los hermanos Ochoa, antiguos socios de Escobar, "que son mis grandes enemigos".

"Yo no estoy solo gracias a Dios porque tengo bandidos retirados que me van a apoyar", apuntó el ex jefe de sicarios de Escobar, quien contó que aprovechó los años en prisión para estudiar y leer libros como El Quijote o Papillón, el preso francés de la Isla del Diablo, con quien aseguró que se identifica porque, como él, "nunca llora".

Anticipó que sus experiencias en la cárcel las contará en un libro y dijo que además pretende escribir una novela que ya tiene nombre: "El parque de los malditos".

Popeye agregó que espera que la sociedad le dé una oportunidad para llevar una vida normal, dando conferencias sobre su experiencia para mostrar a los jóvenes que el crimen no compensa.

"No hay un bandido en la república de Colombia que esté tan preparado para la libertad como yo o para volver a delinquir como yo", sentenció.