LT10

Viernes 06 de Enero de 2012 - 13:45 hs

Postura del obispado de Goya sobre el Gauchito Gil

Monseñor Ricardo Faifer, obispo de Goya, dio a conocer su postura sobre la marcha por Gauchito Gil de esta semana

1. En primer lugar, a las queridas Comunidades de Mercedes que reciben a las hermanas y hermanos que peregrinan a “la Cruz Gil”, quiero pedirles que les den mi saludo de bienvenida. Son muchos y, desde distintos puntos del país, están llegando a Mercedes hasta la cruz que, según la tradición popular, señala el lugar de la muerte de Antonio Gil.

2. Bendigo a Dios por ese sentido casi innato de lo sagrado y de lo trascendente, de muchas personas que se acercan a ese lugar, porque manifiesta sed de Dios y un sentido de su paternidad, de su providencia y de su presencia amorosa y constante. Por eso, la piedad de nuestro pueblo valora la oración por sus difuntos y los encomienda a la entrañable misericordia de Dios, tal como lo hace por el difunto Antonio Gil.



3. No se olviden que cada vez que un cristiano se santigua haciendo la cruz sobre su cuerpo, o cuando toca la cruz tomando gracia, está profesando su fe en Jesucristo crucificado y resucitado. Él murió ajusticiado en una cruz y está vivo porque resucitó de entre los muertos, como rezamos en el Credo. Él es nuestro Mediador supremo entre Dios y los hombres. En Él encontramos el sentido de la cruz en la vida cotidiana, Él nos fortalece para cumplir la voluntad de Dios, para vivir la amistad, la unión familiar y el servicio al prójimo.



4. En la Cruz Gil es muy importante priorizar el espacio religioso. En ese sentido, debo decirles que el ordenamiento del lugar deja mucho que desear. A veces, pareciera ser “tierra de nadie”, donde el comercio, los servicios y el turismo tratan de imponer sus propios códigos y conveniencias, haciendo muy difícil que las buenas intenciones de algunos proyectos pastorales se lleven a la práctica.



5. Por lo que se refiere al difundo Antonio Gil, mientras no se tengan datos suficientes de su existencia, les recomiendo:

· Que no inventen ni exageren sobre lo que se sabe. Son muy pocos los datos históricos que tenemos sobre Antonio Gil, y es por tradición oral: Se dice que fue un hombre bueno… que compartía lo que tenía… que no aceptaba la injusticia… que se negó a pelear contra sus hermanos… y que fue degollado por gauchillo y desertor… que vivió en tiempos de luchas fratricidas, muy cercano al genocidio de la Guerra con el Paraguay, cuando al que no quería ir a pelear, se lo declaraba “traidor a la patria”… en ese tiempo, también en otras provincias, muchos fueron los que se negaron y fueron ajusticiados…

· Que la devoción a la Cruz Gil se centre en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo y no en el difunto; recemos por su alma y por todos los que sufren injusticias, creyendo firmemente en la Palabra de Dios que nos anuncia la vida plena y feliz en Cristo.





6. Nuestra gente sencilla, en su sabiduría, sabe que la Iglesia Católica, a la que pertenecen la mayoría de los peregrinos, decididamente se juega por la cultura de la vida, y en consecuencia no acepta la droga, la prostitución, la explotación consumista…

El Pueblo de Dios, guiado por el Espíritu Santo y por sus Pastores y capacitado por la gracia de Cristo, busca y ama la verdad y el bien y evita el mal. Así mismo, se da cuenta de las realidades que están o no de acuerdo con la fe y las costumbres cristianas.

7. Buenamente, y para beneficio de todos, quiero pedirles que:

-despejemos el lugar lo suficiente como espacio de oración;

-respetemos a cada persona en su modo propio de rezar;

-tratemos de no molestar a los que rezan;

-evitemos toda clase de escándalo, abuso y violencia; y,

-sigamos siendo siempre amables, respetuosos y serviciales.

8.- Finalmente, les deseo que vivan una profunda experiencia religiosa, que riegue las raíces de su fe, fortalezca su esperanza y los haga buenos cristianos y mejores ciudadanos. Que nuestra tiernísima Madre de Itatí los cuide en el regreso a sus hogares. Y que, por Jesús nuestro Hermano y Señor resucitado y vivo entre nosotros, Antonio Gil y todos nuestros hermanos y hermanas difuntos descansen en paz.

Monseñor Ricardo Faifer

Obispo de Goya

Fuente: obispado de goya