Un 11 de octubre de 2013 cuatro encapuchados que iban en dos motos le dispararon diez tiros contra el frente de la casa donde vivía el gobernador, en la zona norte de la ciudad de Rosario. A pesar de la ferocidad del hecho, no hubo heridos en aquella noche rosarina.
La conmoción fue grande por la gravedad del hecho. Fue un claro mensaje mafioso sobre la casa de barrio Alberdi y las balas de diferente calibre entraron por puertas y ventanas además de marcar las paredes del frente.
El ex gobernador de la provincia escribió una carta a sus agresores a cinco años del suceso.
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