Daniel Arriola salió a pescar el viernes por la madrugada. El programa era hacer pesca con espinel en el río Salado, en cercanías del relleno sanitario de Santa Fe, a la altura de barrio Los Troncos. Estaba pensado para hacerse con un amigo, pero el día estaba muy feo, así que su acompañante desistió.
En cambio, el joven santotomesino, de 18 años, quiso ir igual. Fue el comienzo de una travesía que podría haber terminado en tragedia. Porque recién tres días después fue encontrado, con hipotermia y hambreado, en jurisdicción de Coronda.
Mariela Verón, su tía, contó por Todo Pasa lo que debió vivir su sobrino. “Se lo llevó la corriente. (Además de que) la canoa estaba pinchada, se le rompió un remo y chocó con un árbol, así que se le rompió más la canoa”.
“Estaba totalmente desorientado. La pasó muy mal. No tenía absolutamente nada, ni agua”. De hecho, se vio obligado a tomar agua del río.
Lo peor de todo, quizás, es que en varias oportunidades pidió ayuda, inclusive en la orilla, pero nadie lo escuchaba. “Creían que había robado la canoa”, explicó Mariela. “Entonces, se subía y seguía”, mientras con un baldecito sacaba el líquido que iba llenando la embarcación.
Ahora, Daniel se encuentra en buen estado de salud. Pero cuando fue hallado no lo estaba. “Estaba tieso y frío. Nos dijeron los chicos de Prefectura que lo buscaron que (si pasaba) media hora o una hora más, no lo encontraban con vida”.