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Jueves 24 de Mayo de 2018 - 19:31 hs

Conocé la razón por las que los niños no se cansan nunca

Una investigación hace un paralelismo entre los chicos y los atletas de élite, conocé los resultados.

Una investigación publicada en Sience Dialy comparó la producción de energía y las tasas de recuperación de los niños pequeños después de hacer ejercicio, con la de los adultos sedentarios y la de los atletas de alto rendimiento, y las conclusiones responderán las preguntas de muchos padres.

Seguramente, te preguntaste cómo hacen los niños pequeños para correr todo el día sin cansarse. Los autores de este estudio también lo hicieron y encontraron la respuesta. Según los expertos, sus músculos resisten a la fatiga y se recuperan de la misma manera (incluso más rápido) que los deportistas de alto rendimiento.

“Durante muchas actividades físicas los niños pueden cansarse antes que los adultos porque tienen una capacidad cardiovascular limitada, esto los lleva a adoptar patrones de movimiento menos eficientes, ya que necesitan realizar más pasos que un adulto para alcanzar una distancia determinada. Nuestra investigación demuestra que los pequeños han superado algunas de estas limitaciones mediante el desarrollo de músculos resistentes a la fatiga y la capacidad de recuperarse muy rápidamente del ejercicio de alta intensidad“, afirma el experto en Fisiología del Ejercicio, Sebastian Ratel, quien completó este estudio en la universidad francesa Clermont Auvernia en conjunto con Anthony Blazevich, profesor de Biomecánica en la universidad Edith Cowan de Australia.

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores armaron tres grupos diferentes. Uno estaba conformado por niños de 8 a 12 años que no realizaban ningún deporte de forma regular, otro por adultos sedentarios y el tercero por atletas de élite (competidores de triatlones y carreras de ciclismo de larga distancia). Todos fueron convocados a realizar ciclismo.

Se procedió a evaluar a cada grupo en base a las dos formas de producir energía del cuerpo: la aeróbica, que usa oxígeno de la sangre; y, la anaeróbica, que no usa oxígeno y produce acidosis y lactato (muchas veces nombrado como ácido láctico), que puede causar fatiga muscular.

Se controlaron los niveles de oxígeno, la frecuencia cardíaca y las tasas de eliminación de lactato. Y en todas las pruebas los niños superaron a los adultos desentrenados.

“Descubrimos que los niños usaban más su metabolismo aeróbico y, por lo tanto, estaban menos cansados ​​durante las actividades físicas de alta intensidad“, explicó Ratel. “También se recuperaron muy rápido, incluso más rápido que los atletas de alta resistencia adultos. Así lo demostró su rápida recuperación de la frecuencia cardíaca y su capacidad para eliminar el lactato en sangre”.

Ratel se enorgullece de su descubrimiento. “Esto puede explicar por qué los niños parecen tener la capacidad de jugar, jugar y jugar, mucho después de que los adultos se cansan”, reconoce.

Estos resultados no solo sirven para desarrollar el potencial atlético de los niños desde sus primeros años de vida, sino también para darnos cuenta de cómo el riesgo de sufrir enfermedades, como la diabetes, aumenta a medida que crecemos si somos sedentarios.

“Muchos padres preguntan cuál es la mejor forma de desarrollar el potencial atlético de sus hijos. Nuestro estudio muestra que la resistencia muscular suele ser muy buena en los niños, por lo que sería mejor enfocarse en otras áreas de la actividad física como la técnica deportiva, la velocidad de carrera o el músculo fuerza“, asegura el experto y agrega: “Esto puede ayudar a optimizar el entrenamiento físico en los niños, para que funcionen mejor y disfruten más de los deportes”.

Con respecto a las enfermedades relacionadas con el sedentarismo, Ratel afirma que es útil comprender los cambios fisiológicos que acontecen con el crecimiento y que pueden contribuir al riesgo de padecer alguna de estas patologías. “Nuestra investigación indica que la capacidad aeróbica, al menos a nivel muscular, disminuye significativamente en la adultez“, afirma el experto, y asegura que “será interesante en futuras investigaciones determinar si los cambios musculares que hemos observado están directamente relacionados con el riesgo de padecer estas enfermedades”.

Fuente: Rumbos