Salma Hayek sumó su voz a la larga lista de testimonios de actrices que sufrieron acoso y abuso sexual por parte del magnate Harvey Weinstein . En una columna publicada en el New York Times, la actriz narró la odisea que padeció mientras filmaba la película de 2002 Frida, que fue producida por Miramax y que le valió una nominación al Oscar.
"Estaba tan emocionada por trabajar con él y su compañía que no me importaba el dinero, él estaba validando catorce años de mi vida y me estaba dando una oportunidad. Él me había dicho que sí. Lo que yo no sabía era que iba a decirle que no", contó Hayek en su texto, detallando esas situaciones incómodas que Weinstein le hizo pasar, en su gran mayoría propuestas sexuales similares al resto de los testimonios que salieron a la luz en los últimos meses.
"Le dije que no a abrirle la puerta a cualquier hora de la noche, en cualquier hotel, locación, donde se presentaba de manera inesperada, incluso en rodajes en los que no estaba involucrado; le dije que no a su pedido de verme mientras me daba un baño, le dije que no a que me hiciera masajes, le dije que no a que un amigo de él me hiciera masajes, no a que me hiciera sexo oral", recordó la actriz en su descargo.
Sin embargo, Hayek narró cómo eventualmente el productor la hizo ceder a una de sus demandas. "Me dijo que me iba a dejar terminar la película sólo si yo aceptaba hacer una escena de sexo con otra mujer", contó, añadiendo lo duro que fue para ella ese día de rodaje. "No me sentía mal porque iba a estar desnuda con otra mujer. Me sentía mal porque iba a estar desnuda con otra mujer para Harvey Weinstein".
Frida, la biopic sobre la pintora Frida Kahlo, fue dirigida por Julie Taymor y del elenco formó parte Ashley Judd, amiga de Hayek y una de las primeras denunciantes en el caso Weinstein, que implicó un cambio de paradigma en Hollywoody derivó en una demanda colectiva llevada adelante por seis mujeres: Louisette Geiss, Katherine Kendall, Zoe Brock, Sarah Ann Masse, Melissa Sagemiller y Nannette Klatt.
De hecho, Hayek reveló que Judd le pidió que hablara sobre el traumático episodio. "Yo pensé que había hecho las paces con eso, me lavé el cerebro a mí misma para convencerme de que lo había superado, de que había sobrevivido. Nunca consideré que mi voz iba a ser importante o que iba a hacer una diferencia", se sinceró la actriz, quien definió a Weinstein como "un monstruo".