El 27 de mayo de 2015, en Zurich, estalló ante los ojos del mundo un escándalo que se venía cocinando a partir de la investigación iniciada en Estados Unidos. Ese día, en Suiza, se produjo la detención de siete altos mandos de la FIFA, en el marco del Congreso de la entidad, que a la postre reeligiría a Joseph Blatter como presidente.
Cuenta la leyenda que Alejandro Burzaco se encontraba allí, pero se enteró con antelación de los allanamientos y consiguió huir. Sin embargo, sus días como CEO de Torneos y Competencias ya habían entrado en cuarto menguante. Sumergido en el escándalo a partir de las pruebas y de las declaraciones de los que se fueron "arrepintiendo", el empresario fue detenido en Italia a principios de junio. Y la empresa, en pos de despegarse de la hoguera y con el objetivo de limpiarse y continuar funcionando, organizó una asamblea a mediados de ese mes y resolvió el despido de Burzaco y de otros diez miembros del directorio.
Claro que el ex CEO además era accionista de Torneos y Competencias. Por ende, fue impulsado a vender sus acciones. Según el periodista Ken Bensinger, presente en la declaración de Burzaco en la Corte Federal de Brooklyn, el empresario dijo que ganó casi 100 millones de dólares a través de dicha venta. Y que la mayor parte de ese monto lo puso en fideicomisos para sus hijos.
Hoy Burzaco se encuentra en libertad bajo fianza, para lo cual pagó 20 millones de dólares de fianza. Gracias a eso, reside en Nueva York, y también puede moverse sin restricciones por Nueva Jersey y Connecticut.