A principios de septiembre, Carlos Tevez había sido marginado del plantel profesional de Shanghai Shenhua por deficiencias en su preparación física.
Mientras el club navegaba por las turbulentas aguas de la decepción futbolística y tras la renuncia del entrenador Gustavo Poyet, el director técnico interino del conjunto chino, Wu Jingui, había decidido separar del plantel tanto a la estrella argentina como al colombiano Fredy Guarín.
"No está preparado físicamente, no está en condiciones de jugar”, había afirmado Jingui en ese entonces, quien había fundamentado su decisión en la falta de estado físico de ambos futbolistas: “Tevez tiene sobrepeso, al igual que Fredy Guarín. Tengo que asumir la responsabilidad del equipo y de los jugadores, si no puedes hacer todo lo posible para jugar, no tiene sentido elegirte”.
Consumada la resolución del director técnico, el Apache se negó a jugar en reserva y comenzó a realizar un entrenamiento diferenciado, a las órdenes de un preparador físico argentino.
Desde el entorno del ex Boca aseguraron que actualmente bajó de peso, hasta unos 75.5kg, por lo que estaría nuevamente en condiciones de jugar en la primera división, lo que sembró nuevas especulaciones respecto de un futuro retorno a la institución xeneize.