El 23 de diciembre del 2016, Yeray Alvarez, central de 22 años del Athletic Bilbao (tenía 21 en ese momento), recibió una noticia que hizo dejar al fútbol en un segundísimo plano. Se le había detectado un tumor en su testículo derecho. Sin embargo, le realizaron una orquiectomía, el 19 de enero le dieron el alta y el 4 de febrero volvió a jugar, en un 0-3 ante Barcelona. Pero el calvario siguió. El 13 de junio de 2017 le dijeron que tenía una adenopatía (enfermedad derivada del cáncer) que le hizo temblar los cimientos nuevamente, y además, perderse la Eurocopa sub-21 con la Selección de España. Pero una vez más le pudo ganar. Tal es así que ya está curado y este miércoles volvió a entrenarse con su equipo.
En un comunicado, el club reveló que Yeray "ha finalizado la fase de tratamiento previsto en el mes de junio para su enfermedad. En los próximos días recibirá el alta médica y comenzará la fase de incorporación progresiva al equipo, al mismo tiempo que se planificará su programa de vigilancia activa". Paralelamente, el jugador hizo trabajos aeróbicos en el campo y un poco de complemento en el gimnasio para irse aclimatando a la actividad luego de tres meses de parate forzados y con una quimioterapia de por medio, algo para nada menor.
Cuando había recaído del cáncer, sus compañeros se raparon la cabeza como una señal de apoyo para darle fuerzas. Y es más, en aquel momento, Yeray había declarado: "Cuando parece que lo has tumbado se levanta y te vuelve a golpear, pero tranquilos que esta pelea la voy a ganar con toda esa gente que me apoya. Y si tengo que volver a tumbarlo, lo volveré hacer y me levantaré mil y una veces". Y de esa manera, con esa fuerza de voluntad lo logró. Y ahora podrá volver a hacer lo que más le gusta: jugar al fútbol.