Tras declaraciones formuladas ayer a Todo Pasa por el cura párroco de la Iglesia Catedral de Santa Fe, el móvil de LT10 y Litus estuvo en el lugar y dialogó con comerciantes y con el rector del Colegio Inmaculada, presbítero Fernando Cervera.
“Si consumen es porque alguien vende”, dijo el párroco, que dijo que “nosotros vemos lo que todos ven” y lo que “todo el mundo sabe”.
Para el religioso, el movimiento se ve por la tarde, porque “a la mañana hay mucha gente de Tribunales, Casa de Gobierno, mucha gente que pasa, y no se ve tanto”, dijo en referencia a las escenas que según él se repiten.
“La venta de marihuana y el consumo de alcohol es lo que más nos duele”, opinó el sacerdote, para quien es necesario tratar el tema desde muchos lugares para encontrar una solución. “Es doloroso ver que el tiempo se les pase consumiendo sin hacer nada”, reflexionó y expresó que es necesario “poder conducirlos y tratar de llevarlo de otra manera, no necesariamente apoyados en el consumo de sustancias”.
Consumo ¿y venta?
Ayer, el padre de la Iglesia Catedral, Javier González, había denunciado que Plaza de Mayo es un lugar no sólo de consumo sino también de venta de drogas, y también advirtió que había hablado con autoridades sobre el tema. “El ministro Pullaro nos dijo que están las patrullas, que pasan, yo las veo, es cierto: pasan”, dijo el religioso.
“Son muchos los chicos que vemos y que sabemos, todo el mundo lo sabe, que en la plaza de venden drogas. Yo lo hablé con autoridades y la respuesta siempre fue: está todo controlado”, dijo el párroco.
El cura de la Catedral dijo que “las autoridades lo saben”, y que “ellos nos dicen está todo bajo control” pero que aun así “en la plaza principal nos sentimos realmente desprotegidos”.
“Lo hablé con el ministro de Gobierno, con el ministro de Seguridad, lo saben los fiscales, lo sabe la policía”, relató González: “Nos dicen que tenemos que agarrar a los que venden y eso lleva una tarea de inteligencia”, describió resignado.
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También apuntó a otras situaciones riesgosas, como la que generan ciertos cuidacoches que se instalan en las cuadras cercanas. “Cualquiera agarra un trapito y comienza a cuidar autos, y son gente violenta”, indicó el párroco, quien también contó que había habido casos de trapitos que fueron denunciados y que tenían antecedentes.