Este domingo el país reeditará la experiencia de una Primaria Abierta para diputados en todo el territorio y senadores en 8 provincias que será, en la mayoría de los casos, una interna decorativa que tendrá como objetivo no sólo confirmar las candidaturas para el 22 de octubre, sino testear a modo de gran encuesta el clima político tras los primeros 19 meses de administración de Mauricio Macri.
Si bien la atención estará puesta en los resultados de la provincia de Buenos Aires, donde el oficialismo se juega un lugar definitorio en la batalla entre Esteban Bullrich y Cristina de Kirchner, en el resto del país habrá duelo interno clave en 18 provincias.
La sumatoria de los votos del domingo (no se definen bancas, sólo se eligen candidatos) será un adelanto de lo que puede pasar en octubre en distritos gravitantes como Córdoba, Mendoza, Entre Ríos y Santa Fe.
El dato del domingo es que, más allá de los intentos de Cambiemos por evitar las internas, lo cierto es que esa fuerza tendrá batallas entre listas en 11 provincias; mientras que las distintas variantes del peronismo, atomizado por la irrupción de la expresidente en la escena bonaerense, buscará validar su poder territorial de la mano de la gestión de los gobernadores en 12 provincias.
Las primarias, tan denostadas a partir del debate sobre su utilidad, se convirtieron al final en una elección crucial que hoy tiene en vilo a la política y la economía argentinas, a la espera de un resultado que definirá los márgenes de poder de Mauricio Macri, las perspectivas políticas y judiciales de Cristina Kirchner y la puja por el liderazgo en el peronismo.
Ayer, el mensaje que transmitió el oficialismo hacia su interior era evitar "la euforia excesiva o la depresión", cualquiera que fuera el resultado, porque "todavía queda un tiempo largo hasta que termine el partido". Las primarias de hoy serán efectivamente una instantánea que podrá modificarse parcialmente en las elecciones de octubre.