Polideportivo - Bulgaria

Lunes 31 de Julio de 2017 - 11:42 hs

Budapest confirma que hay vida después de Phelps

El Mundial de Budapest, la primera gran cita tras el retiro de icónico Phelps, ofreció respuestas muy positivas. Hay esperanza para el futuro.

Los Mundiales de natación de Budapest echaron el domingo el telón con el deporte del agua dando sus primeros pasos alentadores hacia la era post Michael Phelps.

 

La retirada del Tiburón de Baltimore tras los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 colocaron un interrogante sobre la piscina. ¿Cómo seguiría la natación tras Phelps? Budapest, la primera gran cita tras el retiro de icónico Phelps, ofreció respuestas muy positivas. Hay esperanza para el futuro.

 

Se echó de menos a Phelps, el deportista con más medallas olímpicas de oro y rostro de la natación durante más de una década, pero los Mundiales demostraron que su figura no es irremplazable.

 

La sueca Sarah Sjostrom rompió dos récords mundiales en la piscina del cautivador Danu Arena, donde también cayeron algunas marcas de 2009, cuando se batían récords casi a diario con unos bañadores que fueron prohibidos después. Además, Adam Peaty demostró que él es su único rival en los sprints de pecho.

 

La americana Katie Ledecky se llevó una gran cosecha, cinco títulos mundiales más a sus 20 años. Sólo perdió el oro en 200 estilo libre, donde fue plata. El futuro parece suyo y de su compatriota Caeleb Dressel, también de 20 años y que emergió como el sucesor de Phelps. Se colgó siete oros, igualando el récord del legendario nadador en unos mismos Mundiales.

 

Mientras tanto, la heroína local Katinka Hosszu hizo las delicias del público húngaro con dos oros y otros dos metales. "Fue extraño nadar delante de tantos espectadores húngaros", dijo la nadadora. "Es realmente difícil explicar con palabras lo que significa para mí ganar en casa. Es una sensación similar a la primera vez que gané, significa mucho para mí. Fue una experiencia increíble".

 

El Danu Arena, con capacidad para 12.000 espectadores, estuvo prácticamente lleno en cada final con un público muy variado. En sus asientos hubo aficionados de toda Europa.

 

Hosszu también provocó titulares fuera de la piscina al intentar reclutar gente para una nueva asociación de nadadores profesionales con la que pretende dar más voz a los deportistas, particularmente en las temporadas en las que no hay ni Mundiales ni Juegos Olímpicos.

 

Pero pocos replicaran al presidente de la Federación Internacional de Natación (FINA), el uruguayo Julio Maglione, cuando afirmó: "El estándar de los Mundiales organizados por Hungría fue espectacular".

 

La rusa Yulia Efimova, que hace dos años compitió en casa en los Mundiales de Kazán, aseguró sentirse encantada en Budapest.

 

"El estadio es fantástico", señaló. "Nunca vi algo así. La organización de estos Mundiales fue maravillosa, el hotel es muy cómodo y la comida está muy buena. No hay nada para quejarnos, los Mundiales fueron perfectos".

 

Esa afirmación coloca a la ciudad coreana de Gwanju, sede de los Mundiales de 2019, ante un enorme reto.

 

Quizás el único punto débil de Budapest fue que, habiendo pasado tan sólo un año desde los Juegos, muchos nadadores no recuperaron todavía su mejor nivel. En Gwanju, a un año de Tokio 2020, los deportistas estarán en un pico de forma mucho mayor.

Fuente: DPA