Sucesos - Femicida

Sábado 22 de Julio de 2017 - 17:53 hs

Barreda no consigue un geriátrico donde acepten alojarlo

Le tienen miedo. Lo sacaron del hospital donde el personal lo denunció por amenazas. Está solo y el PAMI trata de reubicarlo pero no lo reciben.

Actualizado: Sábado 22 de Julio de 2017 - 18:11 hs

No es una novedad. En su entorno siempre se comentó que Ricardo Barreda es un tipo astuto, inteligente. Por eso, un día de mayo de 2016, el odontólogo que fue condenado a prisión perpetua por asesinar en 1992 a su esposa, sus dos hijas y su suegra, entró al hospital provincial de General Pacheco tras cumplir su pena. E intentó no irse nunca más. Adujo un aparente cuadro de demencia senil. Y esa simulación le duró un año.

A pesar de lo inconcebible del cuadro, el femicida siguió residiendo en el centro de salud hasta esta semana. El, junto a sus únicas pertenencias en el mundo: ocho bolsas de nylon repletas de cosas, que el martes fueron retiradas a la fuerza con el apoyo de un móvil y una consigna policial. Sólo así, y por un descuido del dentista, lograron que el hombre de 81 años se fuera silbando bajito.

Barreda recuperó sus cosas horas más tarde, ya en una dependencia provincial de PAMI. Y ahora, ya afuera del hospital de Pacheco, estaría viviendo en una residencia provisoria y no en un geriátrico, el destino que deben darle las autoridades del organismo.

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Dos fuentes confirmaron a Clarín que ningún geriátrico lo quiere entre sus pacientes y por eso estaría resultando hasta ahora una misión imposible encontrar un lugar donde ubicarlo. La razón se repite: temen por la integridad de los otros abuelos que viven ahí. Sobre todo de las mujeres.

Desde PAMI se refirieron a Barreda. "Sí, es un afiliado, como cualquier otro. Cobra su jubilación y no tiene un lugar donde ir a vivir. Por eso se lo estamos gestionando", explicó una fuente.

Barreda no se quería ir del hospital de Pacheco, pese a estar sano. La Policía ayudó a sacarlo.

Pero por ahora Barreda estaría recibiendo una suerte de subsidio o ayuda social, para que pueda dormir de manera provisoria en una pensión u hotel. En principio tendría garantizado "el techo" por una semana. Pero es una situación sostenida por un alfiler, ya que el lugar que le corresponde es, efectivamente, un geriátrico.

El femicida abandonó el hospital de Pacheco gracias a la pericia de una fiscal, que abrió un hueco en este caso bajo la carátula de abandono de persona.

​"Es que a Barreda nadie lo venía a visitar", comentan en los pasillos del Hospital Magdalena V. de Martínez. Su actual director, Hugo Gass, refiriéndose a la situación del odontólogo dijo: "El tendría que haber estado en la institución que le corresponde por edad y por su situación de la seguridad social".

El odontólogo obtuvo la libertad condicional en diciembre de 2015. Fue entonces cuando decidió mudarse al Partido de Tigre, después de recibir la ayuda de "Tito", un amigo que le alquiló una habitación en su casa. Siempre se mostró vital, sin problemas de salud y sano mentalmente, según el resultado de las pericias psiquiátricas que se le realizaron mientras permaneció internado de manera caprichosa.

Durante el año que estuvo en el hospital de Pacheco fue un "ocupa". Vivió casi atrincherado. Usó una cama sin un diagnóstico médico que justificara su internación. Maltrató a enfermeras y médicos. Y hubo quien lo denunció por amenazas. Los rumores dicen que a una mujer hasta le habría dicho que le iba a pegar un escopetazo. Ahora su lugar de residencia es una incógnita, y su futuro, más incierto todavía.

Fuente: Clarín