Sucesos - Barrio Candioti

Domingo 25 de Junio de 2017 - 17:15 hs

Aparecen nuevas rajaduras en dos casas de calle Dorrego

Están ubicadas a media cuadra de las tres viviendas que se “rajaron” en el 2015. Los vecinos advierten que sus casas se “hunden”. Desde Assa aseguran que no se detectaron pérdidas en las cañerías de la zona.

Las rajaduras en la casa de Gloria Zarza, en Dorrego casi Balcarce, comenzaron hace dos años, pero una mañana de febrero de este año confirmó hasta que punto se estaba “hundiendo” su vivienda de unos 80 años, ubicada en una de las zonas de mayor valor inmobiliario de la ciudad.

“Cuando me levanté de la cama pisé agua. Me sorprendí, como las personas que se inundan”, le contó Zarza —que tiene 86 años— a El Litoral. La lluvia de la noche había colapsado su pequeño patio y el hundimiento de la casa bajó la salida de la cañería pluvial en la calle, que quedó tapada contra el pavimento. El agua de lluvia del patio no tenía hacia donde salir y terminó “entrando” a su casa.

A su vecino, Carlos Cappellacci, le pasó algo parecido pero con la cañería de cloacas. En diciembre del año pasado, se despertó con su garage inundado por una fuga cloacal. “El hundimiento de mi casa fue de golpe, el 10 de diciembre de 2016. Antes las veredas se habían levantado, pero ese día la vivienda se movió y se quebraron las cañerías de cloacas y pluviales”, le explicó a El Litoral. Ahora hay enormes rajaduras en el living y en el baño, como en la vivienda de Zarza.

Son dos nuevas casas con rajaduras en un sector de barrio Candioti que ya venía teniendo problemas. En la cuadra siguiente de Dorrego (al 3300) hay tres casas más con grietas en las paredes. Si se suman todos los casos, el número preocupa: hay cinco viviendas con rajaduras en menos de 100 metros. 

Es un problema que empieza con dificultades para cerrar las puertas y las aberturas —uno de los primeros síntomas—, después saltan los azulejos del baño —Zarza los tiene pegados con cinta para que no se caigan—, se rajan los suelos —en el caso de Cappellacci de granito— y aparecen las grietas en las paredes. Es que la casa se mueve y se hunde cuando el suelo se convierte en un pantano o se socava por una pérdida de agua o cloacas. 

“Cuando hicimos las perforaciones para inyectar cemento, con micro pilotes, vimos que el suelo estaba blando, cenagoso”, recordó Carlos Storani, uno de los hijos de Zarza.

Hipótesis

¿Cuál es la causa? Eso es lo que quieren saber los vecinos, que comenzaron por hacer los deberes en casa: en los dos casos aseguran que reemplazaron las antiguas cañerías —de material vítreo— y reforzaron los cimientos. Es que la primera hipótesis suele ser que una pérdida en las instalaciones domiciliarias —que no se detecta— con los años va “lavando” el suelo hasta que la casa comienza moverse y hundirse. Pero el mismo proceso —quizás con mayor velocidad— también puede darse si la “fuga” está en una cañería de agua potable o cloacas de Aguas Santafesinas (Assa).

Por eso, en una nota al Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress) —con fecha del 15 de mayo—, Storani solicitó que Assa realice la inspección de la conexión a la red de su casa (tramo vereda). Es un pedido que ya le había hecho a Assa (bajo el número 31037) pero dice que cuando los operarios vinieron se dieron cuenta que el terreno estaba saturado de agua, porque revisaron una cámara de inspección que está en la esquina. “Si hacemos un pozo se inunda todo el barrio”, contó que le dijeron, y asegura que no volvieron más. 

“La residencia de mi madre se encuentra en permanente estado de deterioro, por agrietamiento de paredes y piso por asentamiento sobre terreno saturado de agua —advierte en su nota al Enress—. Esto sigue ocurriendo a pesar de que cambiamos y reparamos todas las conexiones sanitarias y pluviales de la vivienda, en el transcurso de del 2015 y 2016. El deterioro sigue en aumento a pesar de que se eliminaron las posibles causas de origen domiciliario. Por eso se sospecha que las nuevas grietas provienen de una fuga de la red cloacal”.

En diálogo con El Litoral, desde Assa insisten en que en las inspecciones que se realizaron no encontraron pérdidas en las cañerías de agua potable y cloacas, y tampoco en la cloaca máxima que pasa por este tramo de Dorrego. Esta cañería troncal, que conduce los residuos cloacales de toda la ciudad, “dobla” en bulevar por Dorrego y luego toma Ituzaingó en su recorrida hacia la estación elevadora enfrente del Club Regatas. 

Fuente: El Litoral