Novak Djokovic levantó el teléfono y lo que iba a ser una corta llamada de teléfono, un "gracias por tu apoyo, Andre", derivó en una larga conversación que sentó las bases de una relación que arrancará en Roland Garros con un único objetivo, que el serbio vuelva a la cima de su tenis.
Tras romper hace un mes con su equipo de toda la vida, el liderado por Marian Vajda, Djokovic inició lo que él mismo definió como "un nuevo capítulo". En la arcilla parisina tendrá al lado a uno de los grandes de la historia de la raqueta, Andre Agassi.
El estadounidense, campeón de ocho Grand Slam y ex número uno, afrontará a sus 47 años su primera aventura como entrenador. Y es una aventura singular: a diferencia de muchos técnicos, Agassi tiene en sus manos a un diamante ya pulido pero que dejó de brillar en los últimos meses. Y según admitió el ex tenista, no será un viaje muy largo.
De momento, el acuerdo es únicamente para Roland Garros, pero el propio Djokovic da pistas de que la relación podría estirarse en el tiempo. "Los dos esperamos lograr muchos éxitos juntos", dijo "Nole" en París, donde debutará ante el español Marcel Granollers.
Nuestra relación empezó, digamos, cuando le pedí a alguien su número para agradecerle que siempre haya hablado bien de mí. Siempre decía cosas positivas de mí y de mí juego. Incluso antes de que fuera número uno y ganara tantos trofeos. Y también en el último periodo en el que no tuve tanto éxito. Recibí muchas críticas de mucha gente y él fue uno de los pocos que estuvo de mi lado apoyándome", relató el jueves en una rueda de prensa el actual número dos del ranking mundial.
"Lo aprecio mucho y quería darle las gracias por teléfono. Y se convirtió en una larga conversación. Así empezó todo", añadió el tenista que cumplió recientemente 30 años.
Djokovic cerró hace un año el "career Grand Slam" al ganar sobre la arcilla francesa el único grande que le faltaba. Desde entonces, sufrió un ligero declive que se acentúo en los primeros meses de 2017. Perdió partidos que hace tiempo hubiera solventado seguramente sin ceder un set y por momentos se le vio ausente de ese carácter voraz que siempre le distinguió.
En diciembre de 2016 rompió su fructífera relación con Boris Becker -que después aseguró que Djokovic dejó de entrenar al máximo tras conquistar Roland Garros- y hace un mes cortó definitivamente con su pasado.
"Tengo que encontrar la chispa ganadora", justificó Djokovic al anunciar que no seguiría con el técnico Vajda, el fisioterapeuta Miljan Amanovic y el preparador físico Gebhard Phil Gritsch, su equipo de toda la vida.
Junto a ellos ganó 12 Grand Slam y 30 Masters 1000 y llegó a ser número uno del ranking mundial, lugar en el que se mantuvo 223 semanas.
"En los últimos cinco o seis meses tuve algunos problemas en la pista y traté de redefinirme a mi mí mismo", explicó Djokovic en París, donde entrenó por primera vez a las órdenes de Agassi. "Ahora me siento mucho mejor en la pista".
"Aunque era el primer día, parecía como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo. Conectamos muy rápido", dijo "Nole". "Es alguien que me inspira mucho".
Y ¿cómo convenció Djokovic a Agassi? "Eso tienen que preguntárselo a él, porque no le dije nada especial para convencerle de que trabajara conmigo", señaló el serbio. Y la televisión francesa le hizo caso y preguntó a Agassi. La respuesta del estadounidense fue clara: "A Novak de entrada le dije que no, pero mi mujer Steffi (Graf) me dijo que quizás debería probar. De hecho, ¡tal vez quería deshacerse de mí!"