Se sabía por un comentario de Mauricio Macri durante la cena de gala que su hija Antonia estaba feliz en España. Es más, había dicho que le gustaría quedarse a vivir en el imponente Palacio del Pardo que la corona española cede a los mandatarios extranjeros en visita oficial y donde se alojó el presidente argentino y su comitiva.
Pero no se la había visto. Hasta ayer, cuando participó de la cena que Macri y Awada dieron en ese palacio en honor a los reyes. Antonia, de cinco años, tímida de la mano de sus padres, saludo a la reina consorte Letizia Ortiz y a Felipe de España y participó de la foto oficial. Luego se quedó junto a su niñera.