El inusual caso se registró entre el viernes y los días siguientes en la localidad de San Vicente, después que la chica asistiera al velatorio de Diego Anyer, de 20 años, quien había sido asesinado de un balazo en el rostro, el miércoles 18.
El cuerpo del joven fue hallado alrededor de las 22 en la banquina de la ruta nacional 14 y desde un principio los investigadores descartaron la posibilidad de un "homicidio en ocasión de robo", ya que la víctima contaba con todas sus pertenencias, incluida una suma dinero.
Con ese elemento, la pesquisa se orientó hacia un supuesto ajuste de cuentas por cuestiones vinculadas con el narcotráfico o bien un drama pasional, pero ninguna de las dos posibilidades avanzaron en las primeras horas de las averiguaciones.
En medio de las ideas y venidas de los policías, la justicia ordenó la entrega del cadáver de Anyer a sus familiares para la correspondiente inhumación, después de que se cumplieran los trámites habituales para los casos de muerte violenta, como la autopsia.
Coincidentemente se supo que la chica que tendría facultades especiales, fue ingresada en el hospital de San Vicente por un estado de shock, al parecer por haber transitado una circunstancia anímica especial después de asistir el velatorio.
De acuerdo con revelaciones de los policías que investigaban la muerte del joven Anyer, la chica comentó que éste le habría revelado que el único detenido hasta el momento, un hombre de 51 años, no habría sido el autor material de su muerte.
El diario local Primera Edición señaló que la adolescente, al describir su visión, apuntó al "padre y al novio de una joven de (la localidad de) Dos de Mayo", según la descripción que hizo de la aparición del joven fallecido, quien además le habría solicitado que transmitiera los datos a la Justicia.
Los detalles del caso fueron proporcionados a las autoridades por la vidente en sede policial, adonde ésta concurrió acompañada por un hermano de 20 años, en presencia de jefes regionales, efectivos de Homicidios y una profesional en psicopedagogía.