“Después del prolongado receso, vuelve el fútbol!”, anuncian. Acaso en algún momento se fue? Es que el fútbol tiene ese “que se yo, viste”. Es cierto que para algunos será el fin de una larga espera… aunque yo soy de los que cree que este deporte es como esas tareas que te persiguen a cada segundo si las interrumpes. No basta terminar el certamen, coronar al campeón y listo. No alcanza con cerrar los ojos y dormirse para que desaparezca. Sigue ahí, como el Tetris, a toda hora ronda tu cabeza.
En algunas profesiones, al suspender su actividad para hacer otra cosa, la actividad sigue su curso, en segundo plano, como una especie de inercia. Así es el fútbol para muchos de nosotros. Nunca para, jamás se detuvo. Se jugó durante 97 días en el corazón de cada hincha, en la idea de cada DT, en los sueños de cada dirigente, en la pasión de cada “player”. Tuvo acción constante en cada medio de comunicación, en cada esquina de la ciudad, en cada bar, en cada encuentro de amigos.
En todo caso, uno debería decir hoy que culmina la etapa de preparación. Esa de partidos amistosos que saben a verduras cocidas, incluso a esos cócteles que no llevan alcohol. No niegas que sean sanos, pero… el torneo propiamente dicho, con sus tablas que lo condimentan y nos alimentan, es otra cosa.
Arranca el campeonato y los clubes santafesinos te prometen un amor tormentoso, desasosiego, incluso la emoción de tener otra vez enfrente a esos rivales acérrimos. Es que la vida se hace demasiado larga sin aversiones y este fin de semana, Unión y Colón vuelven a darle cuerda a la ilusión. Y mientras tanto, ellos, los verdaderos hinchas, estuvieron, están y estarán. Se abrazarán al principio y se emocionarán al final, pero siempre acompañarán. Cualquiera sea el resultado vivirán un éxtasis permanente por lo que le genera la camiseta. Hay como siempre deseos extremos, sobran ganas, pero fundamentalmente existe una pasión desenfrenada que, está claro, puede ser un arma a favor o en contra… por eso será necesario no dejar detalles librados al azar.
Esta vez uno debería creer en esa sociedad frugal que las instituciones y el mismo ambiente suelen llamar "grupo": el acuerdo tácito para aunar voluntades, apoyar al otro, pensar en plural… usina indispensable para construir un futuro mejor. Un ejercicio exótico, ajeno a la argentinidad clásica de estos tiempos.
Arranca el torneo. Es otro momento ideal para dar el postergado salto de calidad que la “Santa Fe futbolera” merece. Será necesaria la rebeldía de los modestos, la fe en el trabajo y la constancia del que persevera en el deseo de escribir la historia. Es hora de darle sustento al sueño y para ello, solo tendrán que echar la vista atrás y recordar todo lo malo que hicieron, y que los pergaminos que alguna vez alcanzaron, sea la hoja de ruta a seguir para achicar la distancia hacia el gran objetivo. Liberarse de presiones hará tomar mejores decisiones para hacer realidad, los nostálgicos sueños de los viejos tiempos. Ahora… es el momento de cumplir las promesas que nos hicimos. Porque ayer no lo hicimos, porque mañana es tarde. Ahora… llegó otra vez la hora!!!