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Jueves 25 de Agosto de 2016 - 08:19 hs

Curiosidades científicas sobre los tatuajes

Tatuarse la piel es una costumbre muy antigua, como ponen de manifiesto los dibujos hallados en la piel de la famosa momia Ötzi, cuyo origen se remonta a hace más de cinco mil años.

Actualizado: Jueves 25 de Agosto de 2016 - 08:24 hs

Los motivos que pueden llevar a una persona a tatuarse pueden ser muy variados, del mismo modo que también lo son las razones que a veces nos llevan a arrepentirnos. Sea como sea, no cabe duda de que se trata de un hábito que no pasará de moda con los años, por lo que hace tiempo que la ciencia decidió unirse a ellos, tanto estudiando sus ventajas (que, aunque no os lo creáis, las tienen) como utilizándolos como base para nuevos inventos.

Hay, por lo tanto, mucha ciencia detrás del arte del tatuaje, pero veamos en qué consiste.

La ciencia del arte de tatuar

¿Te suena el nombre de Thomas Alva Edison? Seguro que sí pues se trata de uno de los inventores más prolíficos de la historia, pero lo que puede que no sepas es que entre sus muchísimas patentes se encuentra la de una máquina que, a pesar de haber sido ideada para el trabajo de oficinistas, acabó convirtiéndose en la famosa y temida aguja de los tatuadores.

Pero este no es el único detalle científico que se esconde detrás del arte de tatuar, pues para hacerlo es necesario tener unos conocimientos básicos sobre la fisiología de la piel, pues esta tiende a renovarse cada cierto tiempo, pudiendo llevarse con ella el dibujo en caso de no haberse hecho correctamente.

Con el fin de evitar que esto ocurra, los tatuadores introducen la tinta en la dermis, una capa que, al ser más profunda que la epidermis, se encuentra protegida del descamamiento y el deterioro ocasionado por agentes externos, como la luz del sol.

Esto no salva a los pigmentos del ataque del sistema inmune, que interpreta el tatuaje como la herida que es y envía hasta allí un regimiento de glóbulos blancos. Afortunadamente, aunque estos "soldados" degradarán parte del tejido teñido, las moléculas de pigmento son demasiado grandes para ser retiradas totalmente, por lo que el tatuaje permanecerá en su sitio, afectado por poco más que una leve inflamación.

 

Tatuarse, un hábito que parece ser bueno para la salud

Aunque todavía existen algunas personas que siguen asociando los tatuajes a tipos duros y maleantes, lo cierto es que es una práctica cada vez más común, que puede observarse en hombres y mujeres de cualquier edad.

De hecho, muchos estudios científicos han contribuido a demostrar los beneficios que aporta para nuestra salud, tanto física como psicológicamente.

Un claro ejemplo es el de un estudio reciente llevado a cabo por científicos de la Universidad de Alabama, que demostró los efectos beneficiosos sobre el sistema inmune que tiene tatuarse. Y es que, como ya hemos visto, la primera vez que nos tatuamos, nuestras defensas se ponen en guardia ante la tinta que invade el organismo, pero si volvemos a hacerlo más adelante éstas se irán reforzando, como si de una vacuna se tratase.

Por otro lado, también existe un estudio de la Universidad de Texas en el que se evalúa la correlación existente entre el número de tatuajes y el nivel de autoestima de las mujeres y, aunque pueda parecer que no tiene nada que ver, lo cierto es que la asociación resultó ser bastante clara.

Por lo tanto, si en vuestra última noche de borrachera os hicisteis un tatuaje del que os arrepentís, no temáis, puede que su salud se lo agradezca, aunque vuestra dignidad opine lo contrario.

 

Fuente: muy interesante