El informe publicado en las últimas horas por Unicef “da cuenta de una problemática bastante estructural, que explica que a finales de 2015 tengamos cuatro millones de chicos y adolescentes en situación de pobreza, y entre ellos un millón 200 mil en situación de pobreza extrema”, comenzó diciendo por LT10 el especialista en el área de Monitoreo e Inclusión Social de ese fondo de la ONU.
Asimismo, explicó que el estudio se diferencia de otros en que no toma “aspectos monetarios de la pobreza”. “Lo que estamos viendo son 28 indicadores que tienen que ver con aspectos nutricionales, cantidad de comidas que reciben los chicos, si tienen controles de salud, si sufrieron las primeras semanas de vida diarreas, tos o infecciones; si acceden al sistema educativo, si tienen Internet, si viven en una casa con hacinamiento o al lado de un basural; si tienen agua potable”, enumeró. “Todo esto marca situaciones bastante profundas vinculadas con los derechos de la niñez y la adolescencia”, agregó.
Waisgrais advirtió que para revertir esos indicadoresw “se requieren inversiones y presupuestos muy fuertes”. “Este indicador del 30% (de pobreza entre los niños y adolescentes del país) lo que está escondiendo son fuertes diferencias regionales y provinciales. La ciudad más rica tiene un nivel de pobreza en torno al 8% y las provincias del norte están por arriba del 40%, llegando en algunos casos al 52%”.
Por otra parte, dijo que a nivel nacional a Unicef le preocupa particularmente el grupo etario que va desde los cero a los cuatro años. En nuestro país mueren 8 mil chicos al año y el 60 o 70% de esas muertes es evitable. Esto, indicó, tiene vinculación con el acceso a ciertos servicios: sólo el 32% de los niños de dicho grupo accede a servicios educativos o de cuidado. “Y eso depende del hogar donde vivís, de la provincia donde vivís y del nivel socioeconómico”.
En la misma línea, sindicó que hay características que un chico no elige y que lo predeterminan, y como ejemplo dijo que los niños cuyos padres sólo tienen el nivel educativo primario tienen 22 veces más probabilidades de tener privaciones y de estar en situación de pobreza.
También comentó que Argentina está definido como un país de ingresos altos, pero “lo que sucede es que las disparidades son muy fuertes”. “No estamos implementando bien nuestros recursos. La pobreza parte de una situación de inequidad y de desigualdad de oportunidades, y la principal función de un Estado moderno es poder cerrar esas brechas”.
“Está muy bien que el gobierno se ponga la meta de pobreza cero, pero necesitamos medir (el problema) y el monopolio de las estadísticas públicas tiene que ser estatal y generar datos fidedignos”. Además, “hay que ponerse metas progresivas, donde año a año estemos avanzando y reduciendo estos indicadores”, finalizó.