Colón incurre otra vez en su deporte favorito de los últimos tiempos: la decepción. No hay caso, no anda bien juegue dónde juegue y contra quién juegue. Otra oportunidad de alcanzar una tranquilidad relativa desperdiciada. La que podía haber sido una buena chance para silenciar todas las dudas que genera un torneo de primera mediocre y una conducción debilitada, se convirtió en otro problema, como si no tuviera demasiados ya la institución. Sigue sin ver la puerta de salida del laberinto donde se perdió.
Fue una actuación “Made in Alta Córdoba 2015”. Fue un "déjà vu" de lo ocurrido frente a Acasuso en la última participación en Copa Argentina. Otra vez el Sabalero devolvió una imagen ordinaria, austera. Un equipo mustio, de perfil raso, sin compromiso; y ante esta formación “hecha pelota”, se vió un modesto Almagro que espió el partido en el primer tiempo y se animó a ganarlo en el complemento.
La puesta en escena rojinegra fue sencillamente deprimente, con un equipo de supuestos meritos sin dictado alguno, apenas de tránsito por Sarandí hacia no se sabe dónde. Ante la nada santafesina, Almagro, como sin querer, casi por inercia, se puso en ventaja, aguantó sin despeinarse y ganó merecidamente 1-0 con aquel gol del “Gordo” Altamirano a los 6 minutos del complemento.
Solo en un conjunto frágil de espíritu, espasmódico de juego y debilitado en su conducción pueden entenderse tantos problemas a solucionar. Esperar un cachetazo ya es un cachetazo y así es imposible afrontar con optimismo el mañana. El presente lesiona la autoestima de un pueblo que está cansado de los improvisados y las improvisaciones. Y hoy, ambas cuestiones parecen moneda corriente en un club al que le sobran preocupaciones.
Otra vez el margen de error se achicó a la mínima expresión en la entidad del Barrio Centenario. Convendría recordar que fútbol de Colón tiene límites implícitos. Que nadie hoy puede hacerse el distraído. Basta de culpar al otro por los males que supieron cosechar. Jugadores, dirigentes... (a salvo los pibes y el nuevo cuerpo técnico), culpables absolutos del momento actual. Definitivamente, Colón es muy grande para muchos de ustedes.