Colón - Columna de opinión

Lunes 02 de Mayo de 2016 - 07:14 hs

"Son los pibes, estúpido", por Gustavo Mazzi

Actualizado: Lunes 02 de Mayo de 2016 - 09:37 hs

Foto El Litoral

Una muchachada orgullosa puso el pecho y mostró coraje. Colón abrió otra vez las puertas a la esperanza. Jugaron por los puntos y por el honor de salir con la frente alta de la emergencia, esa que innecesariamente alguien instaló sin medir consecuencias y que dejó injustas heridas internas, por las que todavía supura indignación. Son los daños colaterales por la ambición desmedida y que tanto repercutió en la campaña deportiva.

Sandoval se llevó todos los aplausos en un puñado de minutos en cancha. Hizo todo en poco tiempo. Es como si lo hubiese soñado, lo escribió y lo llevó adelante. El pibe y sus jóvenes amigos “peloteros” reconcilió a varios justo a tiempo. El debutante mostró ese fútbol más silvestre y menos decorado que tanto reconforta. Ese fútbol de raíz, profundo, esencial, menos exhibicionista y más representativo del barrio Centenario.  Emocionado derramó lágrimas conmovedoras. Sentimiento puro que enorgullece tanto como su primer gol en primera. Eso es lo que reclaman los de afuera. Que la camiseta que portan los de adentro se lleve con orgullo… porque los hinchas no simpatizan con el equipo para festejar sus triunfos, sino para identificarse con una causa. Esa causa que trasciende victorias y derrotas, siempre y cuando sean dignas. No importan dirigentes, jugadores y técnicos, porque lo que importa es Colón. No son hinchas de un triunfo, de un goleador o de un Presidente… SON DE COLÓN!!!

Sandoval, Poblete, Leguizamón, Conti , Castillo, Sain, Mehring, Leys y tantos otros, “ya son”… no es necesario ir hacia atrás en el tiempo y recordar los que alguna vez reivindicaron la camiseta, sino ir hacia adentro y encontrar que sigue habiendo motivos para salir, crecer y seguir. No es revivir lo que pasó y fue; sino lo que hay y está más vivo que nunca gracias a todos estos chicos.

Mi siempre romántica añoranza de ver jugando en los equipos de la ciudad a los pibes del club, tiene cada día que pasa una mayor dosis de melancolía por aquel fútbol que nos parió, que tanto nos identificó. No teman, algún que otro Sandoval de vez en cuando nos besa en la boca y nos devuelve algo de razón ante tanto pragmatismo. Y pensar que a algunos sólo les importa ganar, no importa cómo ni por quién!!! Pobre de ellos... no saben lo que se pierden si ese mismo triunfo llega de la mano de futbolistas formados en las canteras del club. Esos que con tanta jactancia se besarán el escudo que tanto los identifica, o llorarán de emoción porque “su” equipo ganó con un gol suyo. Y ante las cámaras de TV le dedicarán el triunfo a su gente, a su barrio. Eso es pertenecer en carne propia y no sólo con un agradable discurso marketinero.

 Que vivan los triunfos sanadores… que vivan a la par de los “brotes de pertenencia Sabalera” que crecen en la figura de los Meli y los Alario. Ahora la leyenda sigue en los Poblete, Conti y el “nuevo canto del loco” Sandoval. El pecho inflado, el escudo como bandera. Los triunfos que valen más que tres puntos. La victoria frente a Olimpo fue un banquete familiar.

“¡Es la economía, estúpido!" La célebre frase de James Carville, asesor del demócrata Bill Clinton en la exitosa campaña que en 1992 lo impulsó desde su modesto sillón de gobernador de Arkansas hasta el Despacho Oval de la Casa Blanca, descolocando a su contrincante republicano, George Bush, padre, que seguía volcándose en los éxitos de la política exterior, olvidándose de los problemas cotidianos y de las necesidades más perentorias de los ciudadanos. Parafraseando a James, en estos tiempos difíciles de Colón uno podría decir: ¡“No es la victoria ante Olimpo… son los pibes, estúpido!”. Solo para entendidos. ¿Quién dijo que todo está perdido?

Fuente: LT10