En la mañana de este viernes se sustanció en los Tibunales santafesinos el juicio abreviado contra Carlos Javier Vignati por el femicidio de Paola Guadalupe Gómez en la localidad de La Brava (departamento San Javier), situada a 150 kilómetros de esta capital.

El hecho ocurrió el 12 de noviembre de 2016, cuando el acusado, de 39 años, se presentó en la vivienda de quien había sido su pareja por 17 años y, tras discutir con ella, le asestó dos puñaladas, causándole la muerte. Los hijos de ambos, por entonces de 15 y 9 años, lograron escapar.

Vignati fue detenido y estaba a la espera de juicio en prisión. Hoy, con el acuerdo de la querella, la defensa y la fiscal del caso Rosana Marcolin, se pidió para él la pena de cadena perpetua. La decisión, y la totalidad del proceso efectuado hoy, debe ser refrendada por un tribunal pluripersonal.

Durante la audiencia de este viernes, el propio imputado aceptó la sentencia y se mostró apenado por el femicidio. “Presto mi consentimiento. Pagaré mi error como pueda", afirmó, y agregó: "Me arrepiento de lo que hice, si no hubiese estado borracho, no lo hubiese hecho".

En la misma línea, su abogado, Oscar Ferreiro, coincidió: “No hay otra pena (posible) para mi defendido que no sea la de prisión perpetua". Asimismo, advirtió que las autoridades deben comenzar a "escuchar a las mujeres ante la primera cachetada".

Por su parte, Marcolín lamentó que el femicidio se ejecutó pese a la medida de distancia que pesaba sobre Vignati, y aclaró que si bien la Justicia utiliza todas las herramientas a su alcance, no es “tanto” el poder que tiene para impedir que se produzcan estos sucesos.