Unión - 3-0 ante Temperley

Viernes 12 de Febrero de 2016 - 21:06 hs

Unión le dio una gran alegría a su gente

Con dos goles de Claudio Riaño de cabeza (14 y 24 ST) y otro de Malcorra de tiro libre (29 ST), el Tate superó al Gasolero 3-0, el el debut de los rojiblancos en condición de local.

Actualizado: Lunes 14 de Marzo de 2016 - 16:58 hs

Riaño goleador

Unión superó este viernes  3 a 0 a Temperley en el “15 de abril”, en lo que fue el debut del equipo de Madelón en condición de local. Fue un triunfo merecido en el balance general y justificado por lo realizado en la parte complementaria. El Tate obtuvo una victoria que le da confianza, repara el daño parcial por la opaca imagen del primer tiempo en Florencio Varela y fundamentalmente, suma tres puntos que sirven para restaurar la autoestima de algunos, dentro y fuera de la cancha.  

El conjunto santafesino mostró hoy una fuerte personalidad, cierto aplomo y la efectividad que faltó en otros compromisos, como en la misma etapa inicial de este duelo, donde, entre algunos yerros en la definición, el arquero visitante y el palo, no pudo desnivelar. Es cierto que el cotejo arrancó parejo, demasiado corrido y friccionado. En esa refriega, el Gasolero hacía su negocio, porque aguantaba replegado en su campo y arrimaba algo de peligro; aunque en Riaño y Rodríguez, los locales tuvieron las mejores situaciones, contra una muy clara de Colzera, que puso en apuros a Nereo. Se fueron al descanso igualados en cero.

En el segundo acto, apareció en el momento justo y en el lugar preciso Claudio Riaño, y como ante Defensa, fue fundamental  para su equipo. En diez minutos (14 y 24) con dos cabezazos certeros sentenció la historia, pero además, como pocas veces antes, el hincha Tatengue se fue del estadio si recordar las delicias de Triverio.

Al triunfo rojibalnco le faltaba el toque de distinción y Malcorra se encargó. El mediocampista escribió otra vez con el empeine de su pie zurdo un nuevo poema sobre su tema predilecto: “El tiro libre”. Le pegó, en realidad acarició la redondita con la parte interna del botín izquierdo y por afuera de la barrera, la clavó contra el palo. Crivelli sólo voló para no quedar afuera de la foto de tamaña conquista. Más tarde llegó el final de un partido que se consumió entre el intenso calor (más de 50 grados de Sensación Térmica), los esperados gritos de Riaño y la cátedra de Malcorra.

 

Fuente: LT10 - Gustavo Mazzi